Por Eudo Torres
Un saque de esquina al minuto 85 abrió el cerrojo italiano que dudó apenas unos segundos en su zona de arco para dejar el balón a merced de un remate a portería.
Eso sí, no hubo un tiro directo al arco, pero hubo un mal despeje que elevó el balón al segundo palo y justo ahí estaba un jugador que no había marcado en todo el torneo: Luciano Rodríguez.
El uruguayo no falló y metió el único balón que a la postre daría el título a Uruguay. Por fin, la tercera es la vencida.
Los Charrúas acudieron a una final Sub-20 por tercera vez, sin haber podido ganar en las dos primeras ocasiones (Malasia 1997 y Turquía 2013).
El juego
El combinado de Uruguay Sub-20 se tituló campeón del mundo ante Italia, una selección que se la había atragantado a Brasil y Colombia antes de caer contra Uruguay.
Llegado el momento de la final y con los dos conjuntos frente a frente no había un claro favorito al título. El estadio Diego Armando Maradona de La Plata, estaba repleto de fanáticos con un sentido regionalista ampliado al contexto suramericano.
Durante el primer tiempo el juego estuvo parejo, ambas selecciones con claras intenciones de dominar desde el juego el choque final.
En el segundo tiempo, Uruguay empezó a mostrar mejores argumentos para imponerse desde lo físico y desde lo técnico. Italia se quedaba sin espacios, y Uruguay se adentraba en el campo rival con señales de peligro para los europeos.
La supremacía Suramericana sobre el resto del planeta
Como en todos los aspectos de la vida, los datos permiten conocer elementos que no están a la vista, y que una breve revisión revela los relieves que existen.
Así, la actualidad de las últimas competiciones internacionales de la FIFA coloca a Suramérica por encima del resto del planeta.
Brasil es el campeón vigente del Mundial Sub-17, y de los Juegos Olímpicos; Argentina es el actual campeón del Mundo al haber superado a Francia en Catar; y Uruguay es ahora el nuevo campeón en la categoría Sub-20.