Loa, María y Francisco suenan ¿para qué? Para la gobernación deltana, para donde más.
Lizeta ha dicho que esta vez sí se desprenderá del Ejecutivo estadal, aunque –la verdad sea dicha- pocos la crean.
En realidad, no depende tanto de ella como de la revolución, de las garantías que ofrezca la candidata o el candidato escogido para que la gobernación se sostenga en manos del Psuv y, en esa circunstancia, la mandataria lleva delantera. Por supuesto, no hay que chuparse el dedo, Hernández impulsará a quien sea postulado, por convicción, obligación o por mandato del partido.
Es como los brujos con sus amarres, tiene tantos años amarrada al gobierno, que pocos hilos se mueven sin su aprobación.
Loa es la aspirante natural, María “el gallo tapao” y Francisco “el comodín”. ¿A quién prefiere? Nadie lo sabe y seguro que tampoco ella lo ha decidido.
Y aunque nadie lo sepa, ni siquiera Lizeta misma, pudiéramos jugar a deducirlo empezando por los descartes para arribar a una probable conclusión.
Lo único verdadero y rigurosamente cierto, es que tiene la última palabra. Su opinión pesa, cuenta y es determinante para la escogencia. Tanto que si decide postularse, nada ni nadie, con excepción de una sola persona que anda por Caracas, se lo rebatirá.
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