La noticia tuvo eco nacional e internacional, hace mucho que no ocurría, ocho años para ser más exactos.
Los turistas fueron recibidos con bombos y platillos por el ministro de Turismo Alí Padrón, ratificando la importancia del hecho.
El alto funcionario hizo referencia a que posiblemente ingresen otros 22 vuelos con turistas de la nación caribeña durante el 2023.

En total fueron 110 personas, las que arribaron al aeropuerto internacional Santiago Mariño de Porlamar, en un vuelo chárter de la aerolínea RUTACA.
Padrón manifestó que se tiene prevista la llegada de turistas rusos a destinos como Margarita, Los Roques, Canaima o Caracas, sin mencionar Delta Amacuro.
El año pasado se asomó la posibilidad de que vinieran en diciembre al Delta, lo que no se concretó. Al parecer se les había ofrecido visitar los campamentos turísticos bajo la modalidad de turismo de selva.
La cercanía con Trinidad hace pensar que en el mediano plazo también se interesen por la tierra del Warao, conociendo un estado prácticamente vecino de la isla.
Según Padrón, se trata de turistas con “alto nivel de compra”, que pueden gastar de 3.000 a 6.000 dólares cada uno, cantidad de dinero que contribuiría en gran medida a reflotar la economía deltana.
De momento, existe un flujo constante de deltanos a Trinidad, sobre todo tucupitenses -cuya mayor parte migra en forma ilegal-, sin que ocurra en sentido contrario, asumiéndonos como destino turístico.
La normalización de los vuelos a Margarita, podría ser la puerta de entrada a una situación similar con el Delta, que los políticos deben promover y estimular de la mano con el sector privado.