Lizetica y Dios

El anecdotario político es tan rico en historias como un temario universal de los mejores cuentos.

En una cadena regional reciente de radio, Tv y redes sociales, se produjo uno de esos momentos en los cuales no sabemos si dar crédito a lo que se manifestó, más allá del origen del comentario, investido de la autoridad y el rigor de quien lo dijo.

Al preguntarle a la gobernadora deltana Dra. Lizeta Hernández, por la tranquilidad adquirida al desactivar la que era “su principal amenaza política dentro del Psuv”, luego de comentar que desconocía quien era, para luego decir que nada de eso sucedió dentro del partido de gobierno ya que quienes pretendían enfrentarla se fueron, expresó:

LH: Hay uno que me dijo que no quería ser alcalde, no quería ser gobernador, que no quería ser ministro, no quería ser presidente: Dios. Cónchale, pero ese cargo no lo tengo, porque ese cargo es de uno solo y es Jesucristo nuestro Señor, no conozco más candidatos. Mira para dónde van el yoísmo y el egoísmo.

Yo dije que al salir de la gobernación, en algún momento tengo que salir, voy a escribir un libro con todas las vivencias, las cosas muy bonitas que he vivido y que me faltan por vivir siendo gobernadora.

¿Y a aquel que según Usted quería ser Dios, que le ofreció?

LH: No, nada. No le ofrecí sino que se apegara a la Biblia, que existe un solo Dios, no hay más. El Dios que todo lo puede y al que debemos temerle.

¿Usted no le ofreció ninguna posibilidad?

LH: No (risas)… Todavía no tengo esa varita mágica para llegar hasta allá.

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