
Uno de los cuerpos recuperados este martes corresponde al joven Leonardo Salazar Gómez
Inquieto como todo adolescente, tuvo una existencia feliz. Nada presagiaba la tragedia que estaba por ocurrir.
Con su papá en la isla, esperándolos, había sido testigo y participe de las visitas a Venezuela, en espera de una mejoría económica para quedarse.
Cada vez que lo intentaban, le tomaban el pulso a las finanzas y se devolvían. Era difícil sostenerse y vivir con la holgura a que se habían acostumbrado.
Esta sería la última vez, con la casa en Tucupita remozada, lista para ser habitada, se preparaban para recoger sus pertenencias.
Así se lo dijo Herminia María y él muchacho de 15 se lo tomó bien, había llegado la hora. Por fin, se asentarían.

La vuelta tan anhelada no aconteció, un obstáculo insalvable se interpuso en el camino. Las fuertes olas voltearon sus ilusiones y arrasaron sus cuerpos. El retorno nunca se dio.
De familia humilde y sencilla, noble y trabajadora, dejaron al cabeza del hogar con el corazón roto y un inmenso poso de tristeza en el alma.
Lo vimos cuando le confirmaron que uno de los cuerpos trasladados al muelle fluvial del malecón Manamo, pertenecía a Herminia, se lanzó al suelo a llorar y ya no pudo sostenerse en pie.
Ni su conyugue ni su hijo sentirán ya nada, para Leo todo el consuelo y el abrazo solidario del pueblo. Lo necesita.
Hallan cuerpo de niña desaparecida en naufragio en San Juan de Caripito
Recuperados dos cuerpos hasta el momento en naufragio costa afuera de Pedernales
