La transición hace rato comenzó: Claudio Fermín

El político de la sindéresis y la moderación cruzó la frontera que nos separa de Bolívar, arribando a la vecindad del Delta.

Residiendo hace décadas en la zona del hierro, vive pendulando entre su estado adoptivo -nació en Barinas- y la Gran Caracas, meca de los asuntos públicos en Venezuela. De cuando en vez, en sus afanes de dirigente nacional recorre el país, como es el caso de esta visita, en funciones de candidato a la presidencia.

Con su predica de costumbre “No soy de aquí, ni soy de allá”, al estilo de Facundo Cabral, manifestó su posición intermedia. Eso sí, dejando claro que, mientras desde la oposición le disparan con guáimaro grueso, con el gobierno, al menos pudo dialogar, aun cuando mediaran 20 años para hacerlo. “Los conocí en el marco de la mesa de dialogo en el 2019, antes, solo los había visto a través de los medios”.

Rodeado de los periodistas, comunicadores populares, entrevistadores y generadores de opinión con mayor presencia en los principales medios de comunicación tradicionales, se explayó en una rueda de prensa maratónica el pasado sábado, que cubrió tres horas de extensión. Comenzó al medio día y cruzó las 3 pm, sin que nadie osara levantarse, respondiendo con su particular estilo las inquietudes de los presentes.

Cual profesor en su clase, a cada pregunta dio un rodeo histórico, enmarcando los elementos y perfilando el contexto, hasta desembocar en conclusiones que pretendían no afectar a nadie, “espero no haber herido sensibilidades ni incomodado a los presentes, ni pretendo desconocer la razón de quien siente que la tiene”.

Con un apagafuegos de gran diámetro, vino a serenar las llamas que produjo la deserción de su, hasta hace tres semanas, sempiterno secretario general deltano desde que fundara Soluciones para Venezuela. “No me da frio ni calor, SPV es mucho más que eso”, dijo.

Fueron muchos los elementos en tan extendida disertación, sin embargo, hubo una perla que vale la pena destacar, “la transición es siempre, el cambio es todos los días, cuando el Comandante Chávez quiso imponer el partido único, sus partidarios le dijeron que no, allí comenzó la transición… Maduro no expropió, no hubo confiscaciones, eliminó el control de precios, liberó el dólar; aunque esos cambios no se perciban, forman parte de una transformación que se inició hace mucho. Lo que Maduro denomina las zonas económicas especiales, es el capitalismo extremo que el Comandante demonizó”.

Luego de ese enfoque positivo, a manera de contrapeso, agregó, “existen 42 ministerios, 6 vicepresidencias, infinidad de directores, más de 800 empresas del Estado, es un Estado deficitario por donde se le mire… Están en crisis el modelo de Estado, el modelo de gerencia, el modelo político… La obsolescencia de los equipos médicos es de la era de Trucutru, debemos cambiar el modelo de Estado, como es posible que le digan al mandatario, “ordene Usted Sr. Presidente”… No existe separación de poderes, tenemos 25 años con la Contraloría General de la República, en manos del Poder Ejecutivo, se pagan y se dan el vuelto… Quien administra no puede auditarse”.

“Si gano las elecciones y llego a la presidencia de la República, el primer año de gobierno será con un Fiscal y un Contralor del Psuv y 200 alcaldes chavistas que son del Psuv, lo mas sabio es convocar un gobierno de transición… Estamos en medio de un barajo, las condiciones objetivas han cambiado, los extremos pierden fuerza, abordamos un proceso de transición, que conducirá a un cambio de gobierno… Transición que será mucho más fácil si reaccionamos haciendo un gobierno de integración… Siempre habrá intereses creados, con un gobierno de integración, tendremos mejores herramientas para enfrentarlos”, señaló.

Al finalizar la que Fermín, antes de comenzar, había denominado “tertulia”, registramos una extensa grabación, que bien podría traducirse en un informe de unas 30 páginas. Con poca o mucha fortuna política, algo no puede negársele, conoce como la palma de su mano la nación.

“Le pido al país que cambie, si votan por los mismos todo seguirá igual, oscilando entre el estatismo y la exacerbación de los conflictos. Si la voluntad de los venezolanos expresada en las urnas, se modifica, todo cambiará”, y en medio de los aplausos se despidió. Casacoima lo esperaba.