Artículo de opinión/José Cedeño
Sic.
Es bien fundamental las como desde el núcleo del hogar se apoya a los deportistas, a quienes desarrollan la actividad deportiva en sentido amplio; sin importar que la práctica deportiva sea desde los espacios recreativos, de alta competencia amateur o desde lo profesional, no, sencillamente se hace la posibilidad de que las personas se sientan apoyadas por quienes a diario son los primeros conocedores de esas deficiencias, que en muchos casos hay la creencia que, desde el punto de vista de ese apoyo se pueda solventar o despejar algunas variables que pueden se cruciales en determinados momentos. Tal es el caso de la señora Luigina Pierantozzi, quien dentro del mundo del fútbol de salón también ha realizado sus aportes bien fundamentales.
Luigina Pierantozzi es venezolana, nativa del estado Carabobo, cuya residencia específicamente está en la comunidad de Santa Rosa, una comunidad de mucha fama para el fútbol de salón venezolano. El esposo de la señora Luigina es un reconocido árbitro de fútbol de salón de toda Venezuela, y del ámbito internacional. Cuando se celebran campeonatos nacionales en Valencia siempre los árbitros de Venezuela son bienvenidos y lo que es más grato aún, bien atendidos por esta espectacular pareja. También es de recordar, que los padres de Luigina: la señora Maria Martínez y Don Antonio Pierantozzi también formaban parte de ese poderoso equipo que se esmeraban en atenciones para los árbitros que en el día libre de la competencia hacían presencia en tan distinguido hogar.
Quienes conocen a la señora Luigina, indican con gratitud que nunca faltó el cafecito para los árbitros, quienes se sentían agrandados al probar tan distinguida bebida. Pero lo mejor de las visitas lo constituían las pastas al estilo italiano, que la señora María y Luigina elaboraban con maestría; por ello representaba uno de los tantos motivos por los cuales en los eventos nacionales se añoraba el día de descanso que permitía en gran medida un espacio de relax para quienes tenían el compromiso de dirigir con el silbato en el rectángulo de juego de cada campeonato nacional señalado. Tal situación, es de reconocer que la construcción de la actividad deportiva también tiene personas, que hacen aportes bien importantes desde antes de cada competencia y luego del desarrollo de ella también.
Las acciones de Luigina Pierantozzi son dignas de imitar, y parte de lo mejor de ella es que nunca esperó nada a cambio por la gentileza de aceptar en su hogar la presencia de parte de los árbitros que le visitaban en esas ocasiones especiales de los campeonatos nacionales. Desde las líneas que se hacen en el presente espacio, se le está agradecido a la señora Luigina y a su equipo familiar por tan distinguido aporte en favor de la gente del fútbol de salón. Amigas y amigos de este su espacio, muchas gracias por las atenciones prestadas, para contactos lo pueden hacer por @Joseceden o por José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).
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