Si hubo una memoria y cuenta extraña en la historia de Lizeta, fue esta, y miren que lleva 12 años presentándolas. Con mayor poder que nunca, encumbrada, atornillada y asentada, enclavada y arraigada podríamos decir, le dio por lamentarse.
En su disertación hizo acopio de los males a granel, incompletos por cierto, que le ha tocado padecer; en eso debemos estar claros, no ha habido gobernador en la historia del estado que haya recibido tantos golpes certeros y haya sido amenazado tantas veces de muerte; lo de Lizetica es real y consta, incluso, en documentos. Desde ese punto de vista dice la verdad.
Ahora bien, ¿cuál fue el trasfondo? ¿Querer decir que ha enfrentado retos descomunales de los cuales emergió victoriosa? ¿Mostrarse como alguien que arrastra debilidades extremas para tomar a alguien por descuido y luego someterlo? ¿La actitud temerosa y precavida de una dama que ha llegado a sobreponerse a numerosas advertencias de desaparición física, resurgiendo entera y fortalecida?
La sepulturera de tantos políticos, oficio que se empareja a su profesión de médico forense, en cuanto a la identificación efectiva de las causas de la muerte, ha sido, por qué no decirlo, la responsable de la resurrección de unos cuantos. En ese punto, en el ámbito político, ha estado por encima de la vida y el ocaso, desapareciendo a varios de sus rivales del espectro público, manteniendo a algunos con respiración artificial, reviviendo otros tantos.
Quizá se trató, quien sabe, del discurso descarnado y honesto de una persona que se siente cansada y desea cambiar de aires; de un estado de ánimo pasajero en el marco de una pandemia que no sabemos cuándo terminará; del histrionismo típico de alguien que quiso transmitir un mensaje, con telón de fondo y destinatario.
¿Lo habrá dirigido a CC? Los gruñidos y lamentos de la mandataria, como representación clara de su dialéctica, se parecen en mucho a la explicación más cercana que conocemos del cosmos, jamás dispara en vano y todo se conecta.
¿La turca débil y maltrecha? Yo te aviso chirulí.