Hemos tomado prestado -sin autorizacion- el video de www.tubecafe.com. En el entendido de que las cosas de Dios, llevan el perdón consigo, sabemos que nos entenderan y disculparán.
La Hna. Isabel tiene siete pulmones, un corazón de toro, la fortaleza de un elefante y la longevidad del tiburón groenlandés, que supera de lejos los 100 años. Esta religiosa de madera irrepetible, es única.
De igual forma y similar manera, posee la sutileza de una flor, la finura una mariposa, el brillo de una libélula y la sensibilidad de un delfín.
Seis décadas de vida religiosa, con la misma intensidad y entrega del comienzo, la convierten en una fuera de serie.

Al hospital de Guayo, le pusieron su nombre y fue el acierto más grande de gobernante alguno. Dios lo bendijo, el estado lo sostiene e Isabel lo mantiene como una tacita de oro. Vive -literalmente- en el y para el, y a el dedica íntegros y sin regateos, sus esfuerzos.
Es una referencia donde quiera que va y sobre todo entre sus queridos waraos del bajo Delta. Huelga decir que quizá sea la habitante más conocida del municipio indígena Antonio Diaz.
Además, para ella no hay imposibles, y si los hubiera, no son conocidos. En retribución a esta dama de acero a la que el Delta tanto adeuda, pedimos miles de voces cantando cumpleaños y deseándole en la paz de la oración intima con el Señor, larga y saludable vida.
Felicidades Hermana, dicha y prosperidad.