La Consolata ofrece un camino de amor y bondad hacia Dios

Greyvis Sucre | Estudiante de Periodismo de la Misión Sucre

Los integrantes de La Consolata accedieron a responder un sencillo cuestionario, explicando someramente su naturaleza y fundamentos.

Arraigados en el Delta, se hacen notar a través de sus obras, caracterizadas por un notable acervo misionero y la vinculación estrecha con el pueblo Warao.

Con presencia en la ciudad y en los caños, desarrollan una notable labor que llena de Fe y espiritualidad a quienes se congregan o ejercen un laicado comprometido.

Conozcamos un poco más de estos devotos cristianos.

1.- ¿Quiénes integran La Consolata?

La familia Consolata está integrado por los Padres y hermanos del Instituto Misioneros de la Consolata (IMC), las hermanas (AMC), los laicos y laicas (LMC), la juventud (Jóvenes allamanianos o consolatinos, y los amigos y bienhechores:

Las personas que no viven a plenitud el carisma no yendo continuamente a la misión, tienen desde la oración y su colaboración activa, la posibilidad de contribuir a que otros misioneros puedan donar sus vidas en tierras lejanas.

3.- ¿Qué actividades realizan en el Delta?

En alianza con los misioneros de la Consolata, Mariana Jiménez Ágreda, abogada directora de Cáritas Tucupita, ofreció el taller-conversatorio «Derechos de la Mujer».

Se imparte un curso de Corte y Costura, a cargo de la instructora misionera Efrenny Chirinos García, los días lunes, miércoles y viernes en horario 2 a 4 de la tarde, en el salón de usos múltiples “Consolata a Janoko”, en la vía nacional sector Paloma de esta localidad.

Realizan catequesis, imparten la Palabra y apoyan de múltiples formas las comunidades donde hacen vida activa.

2.- Características de las misioneras y los misioneros de la Consolata.

Hacer el bien sin buscar el protagonismo.

Evangelizar con testimonios la presencia de Dios en sus vidas, practicando la fraternidad y la caridad con el hermano.

Ser 100 por cierto orantes, comenzando antes del trabajo, encomendando el día a día al Señor.

La Biblia es el alimento diario.

Cultivamos el espíritu de familia. Desde la caridad, compartimos los momentos de dolor y de alegría con el hermano.

Establecemos la corrección fraterna ante las dificultades y los momentos difíciles de otra hermana o hermano.

Corregimos al otro con caridad y con amor. Somos seres de carácter dulce y amable, siempre sonrientes y amorosos para decir las cosas sin que el otro se sienta ofendido, menospreciado o humillado.

Profesamos un amor especial a la madre María, es ella quien lleva a Jesús en sus brazos.

Las misioneras y los misioneros de la Consolata, somos 100 por cierto eucarísticos y Marianos.

Colaboramos con las iglesias católicas locales, las Diócesis no son agentes aislados.

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