El juicio del año recorre un nuevo –y puede que definitivo- tramo, la audiencia preliminar tiene fecha y hora, lunes 13 de septiembre, a partir de las 11 am.
La admisión o no de los hechos marcará la diferencia; si lo hace habrá una inmediata decisión, si los niega puede ir a juicio. En prisión o bajo régimen de presentación, la jueza tendrá la última palabra. La opción más controvertida es la libertad sin restricciones, posibilidad un tanto más difícil.
Jamás hubo en la historia del Estado un caso, en teoría ajeno a la política, que desatara tanta expectación.
A su relevancia contribuyó marcadamente una Fundación, que se ha convertido en la mayor piedra de tranca mediática para que Míster Tulipán sea absuelto.
Semana tras semana en jerga densamente jurídica, casi como una extensión de la defensa de la joven acusadora, van exponiéndose argumentos que probarían su culpabilidad.
La otra parte no ha hablado, si bien es cierto, que personas cercanas al presunto agresor han soltado “bulos”, tesis manifiestas de un supuesto consentimiento, de una presunta mentira y hasta de la posible existencia de un chantaje, se han quedado en eso, en “bulos” (en criollo, bolas o rumores).
Un caso que dejará perlas para escribir una crónica de lujo en el futuro, como el seguimiento de un familiar a las publicaciones de la ONG, pulsando el “Me Gusta”; las aparentes irregularidades de inicio; la relevancia de los personajes en liza: ambos vinculados indirectamente al mundo político, municipal y nacional; la existencia de una fuerza económica, a la que atribuyen cierta incidencia; en fin, un cumulo de circunstancias que lo han mantenido en la palestra pública por más de dos meses.
La verdad verdadera y la verdad jurídica tienen cita mañana, resta saber si se cruzan y se encuentran, y si la habilidad y pericia de defensores y acusadores, allana el camino a la justicia.
Atardecerá y veremos…
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