Las cartas están echadas, con dos audiencias adversas, tanto la de presentación como la preliminar, llegó la hora de la verdad para Míster Tulipán, quien va para dos meses recluido en la comandancia de policía deltana (Polidelta).
Este vienes 1 de octubre, inicio del cuarto y último trimestre del año, en vísperas de la Navidad cristiana, será la apertura del juicio, previendo que sea tortuoso y espinoso como las presentaciones precedentes, y tenga también una duración prolongada.
Tendrá que haber sorpresas para cambiar el destino de un dictamen que se antoja previsible, con un resultado en contra. A este devoto de la Virgen de Fátima, le quedan pocas cartas por jugar, incluyendo un milagro.
El sistemático trabajo efectuado con miras a conmover la opinión pública, a través de las redes sociales, dinamitando su figura y resquebrajando su menguada defensa, ha surtido efecto. Hubo detalles que pertenecen a la reversa judicial que fueron mencionados cuando no insinuados. No sucedió lo mismo con la contraparte, prefirió refugiarse en el silencio.
Hasta donde sabemos, su familia insistió en sostener el mismo equipo que lo ha venido defendiendo y que, intentándolo de múltiples formas, no ha conseguido resultados.
Debe hacer malabares y plantearse estrategias no abordadas en virtud de los 2/3 del recorrido en clara desventaja. ¿Qué elementos nuevos y conducentes a generar dudas razonables podrán aportar?, es una incógnita.
Es menester señalar que mucho se ha dicho sobre los entretelones del proceso, haciendo referencia a posibles negociaciones, ofertas, presiones, pagos, etc., sin que nada de ello se haya evidenciado ni demostrado públicamente.
Lo único que transparenta son dos sectores claramente conformados y diferenciados, los partidarios de Osorio y los allegados a la dama, y las distintas pretensiones y objetivos que los mueven.
Sea como sea, los márgenes de acción son estrechos para evitar la sentencia del indiciado, aunque no esté dicha la última palabra; el juego, valga la redundancia, finaliza cuando termina, y todavía no se ha jugado el último inning ni efectuado el último out.
Quien se recrea con candela se quema, nos dicen desde niños, y cuanto nos cuesta aprenderlo.
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