El dirigente warao José Blanco, tuvo la gentileza de visitar la sala de redacción de Tane tanae, para relatar el rosario de problemas que padecen las comunidades del Bajo Delta.
En una especie de lamento profundo, acompañado del clamor a los gobernantes para que dirijan su mirada hacia tierras desprovistas de lo más básico para vivir, exige el cumplimiento de las promesas efectuadas en tiempo de elecciones, rápidamente olvidadas una vez que se obtuvo el curul.
Por último, invita a preguntarle, para contar en primera persona, sin temor alguno, el recuento de carencias expresadas en el texto que hoy publicamos.
“Mis cordiales saludos a la gobernadora del estado Delta Amacuro, Dra. Lizeta Hernández; al alcalde del municipio Antonio Díaz, Prof. Amado Heredia; en esta oportunidad les quiero hacer llegar un comunicado, un llamado como un amigo, warao, como indígena que soy, porque en el bajo Delta, específicamente en la parroquia Manuel Renaud, de donde provengo, porque soy oriundo de la comunidad Dijarukabanoko, en la que ejerzo como cacique, son muchas las carencias.
Deseo expresarles mis inquietudes, mis preocupaciones por mis hermanos Warao. Porque yo veo con mis ojos, he palpado, he vivido varios de los problemas que tienen en sus tierras; carecemos de muchos bienes y servicios, por ejemplo, la salud, hay niños(as) y adultos mayores, que han fallecido por falta de medicinas, el único ambulatorio con que contamos es el que está en Nabasanuka I, y allí no hay remedios, solamente está la casa como un lujo, sin utilidad. Muchas personas se enferman y mueren por falta de medicinas y transporte; se requiere de al menos una unidad que pueda trasladar un paciente a la ciudad de Tucupita; si le da un dolor y se trata de una operación, no puede trasladarse porque no hay como.
No hablo al sabor de la boca, lo digo por experiencia. En mi comunidad de Dijarukabanoko fallecieron tres personas de manera muy rápida, una muchacha de 21 años, estuvo “trancada” y a los tres días falleció; un señor de 46 años tuvo dolores muy fuertes y murió; y otra señora, que creo que necesitaba sangre porque se debilitaba también dejó de existir y así muchos. Por eso, mi llamado a la gobernadora, al alcalde Amado Heredia, preste atención al warao, porque nosotros los warao somos votantes, en casi todas las elecciones no hemos dejado de votar por el gobierno revolucionario.
No tan solo se acuerden de los warao en esos tiempos de elecciones, que pronto pasan y cuando pasan nos olvidan. Así como la salud está la educación, muchas escuelas están prácticamente derrumbadas, en malas condiciones, los maestros no pueden trabajar, ese es nuestro clamor.
Tampoco hay trabajo, por lo menos en los años pasados había, hubo contratos, créditos con los que el indígena trabajaba, arreglaba puentes, caminerías, escuelas, dispensarios, funcionaban los dispensarios, había enfermeros, medicinas, ahora eso se acabó.
Siempre he escuchado la palabra de algunos gobernantes mencionando “progreso”, y no hemos progresado, ha sido al revés, el warao no está bien, está sufriendo, bajen y vean a las comunidades: Domujana, Anaburu, Bebeina, Diarukabanoko, Jokore, Kokal, Winikina, Morichito, Kuberuina, España, Janamana, Boca de Atoibo, Atoibo adentro, Mujaina, Mujabaina, Tobejuba, Siaguani, y todas esas comunidades que están en la parroquia Manuel Renaud, que en este momento se escapan de mi mente; señores, si no quieren ayudar a los hermanos warao tampoco lleguen en momentos de elecciones.
Bajen señores gobernantes, bajen a ver a los warao, porque en verdad está sufriendo, como van a trabajar sin materiales, sin hacha, sin machetes, sin botas, todos esos materiales que se necesitan para la agricultura, no los pueden comprar y muchos dicen que han entregado materiales, mi pregunta es ¿dónde?, porque en todas esas comunidades no han recibido ese tipo de ayuda y todos esos materiales están caros, no se puede comprar, se venden en dólares.
Otro problema es que no hay efectivo, y para venirse a la ciudad de Tucupita a comprar u obtener lo que se necesita para lavar, bañarse, como jabón, detergente, esos útiles de aseo personal tan necesarios, deben venir a canalete y pasar una semana y muchos se han enfermado de fiebre, dolor de cabeza y han fallecido por el viaje, por el frio en la noche en contraste con el sol del día.
Repito, Sra. Gobernadora, Sr. Alcalde, señores gobernantes, presten más atención al warao, porque cuando baja una comisión para hacerles visitas a las comunidades indígenas solamente llegan a Nabasanuka, Bonoina, Curiapo y Guayo. Y los demás que, ¿no existen?… bajen y visiten a todas las comunidades y ahí es que está el dolor visible, encarnado, vean que lo que yo digo es verdad. Esto es el genuino clamor de un warao, me da mucho dolor de ver a mis hermanos sufriendo, pasando hambre, pasando toda clase de necesidades. Porque allá no hay nada, en todo proliferan las carencias, en salud, educación, trabajo comunitario, sociales.
En Dijarukabanoko los baños de la escuela están dañados, los techos están rotos, y ahorita nosotros no contamos con proyectos, ni dinero para estar trabajando, porque no somos gobernadores, ni alcaldes, ni diputados, ni concejales, para hacer esos trabajos. Necesitamos construir una caminería, para que caminen los niños, los maestros y los padres representantes. Si seguimos así, se irán a paralizar las clases porque, así como estamos no podemos seguir trabajando.
Ese es mi mensaje, mi llamado, presten más atención al warao y si algunos quieren conversar conmigo estoy en Dijarukabanoko, municipio Antonio Díaz, parroquia Manuel Renaud, sector Winikina, esa es la verdad, bajen y vean lo que está pasando en el bajo Delta.
Quiero mencionar que la mayoría de los warao, se han ido fuera del país, han migrado a Brasil, Trinidad, Cambalache, San Félix, Barrancas, para salir de la crisis, porque en esa parroquia no hay nada, por falta de un buen gobierno, así que por favor, bajen y vean, solucionen esos problemas que estamos padeciendo.”
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