Los Famosos de la Pascua
Corrían finales de los 80’ cuando nos bajamos a las seis de la mañana del bus que nos trajo desde Maracay hasta Maracaibo. Previamente veníamos de viaje desde Valle De la Pascua. Aunque yo estaba estable con mi vida en Maracaibo, de tiempo en tiempo me asaltaba ese espíritu de aventurero y de temerario. Mi acompañante se llamaba Oscar Jaime Guerra, que así escrito no nos dice nada, pero si decimos que es el mismo “Pelón” Guerra, el hijo del Profesor Oscar Guerra y la señora Argenida Rondón de Guerra, la cosa cambia.
“Pelón” absorbió la savia musical del padre y la mejoró con evidencia sustantiva, definida. De su madre asimiló esa exquisitez poética de ver la vida, trasunto quizá de viejos ancestros del Oriente venezolano; la visión quimérica de una rara estirpe de mujeres que leían y cantaban bajo la brillante luz de una luna de enero. Misma pasión que le inculcó a todos sus hijos, pero fue Greta, la menor de las hijas, la que manifestó en su accionar esa cualidad de sensibilidad de filigrana espiritual. Todos los hijos de la pareja Guerra-Rondón tienen sus dones especiales. Todos cantan, algunos locutores, compositores, otros gente de farándula y animadores de eventos regionales, como el benjamín de la familia, Octavio.
“Pelón” vino a Maracaibo, porque también tiene un espíritu muy aventurero y La Pascua le quedaba chiquita para sus ansias explosivas de recorrer mundos. Además, arguyó el pretexto de venir a hacer un curso de locución. Yo tenía un amigo que andaba en esas lides de cursos de locución y se lo presenté y les dije, “bueno ahí los dejo, voy abajo a tomarme un café”. Al rato, el primero que se me acercó fue el locutor amigo y me dijo al romper “ Mira, vos sabéis una verga, ese muchacho está fuera de lote, oíste?. Allá se quedó hablando con el director y él mismo le abrió una ficha, lo dejó de una vez…” Creo que le respondí “ y eso que no lo han oído cantar y tocar…” «Ah, y es músico también…?” Le respondo también en maracucho rajao: “magináte que te canta La Grey Zuliana y vos creéis que es Ricardo Aguirre en persona que resucitó.”
Le hablé al señor de la residencia donde yo vivía pues él no alquilaba habitaciones, vivía solo pero uno de sus hijos era maestro en el colegio donde yo también trabajaba y me alquiló un cuarto, le presenté a “Pelón” y para mi sorpresa cuando llegué del colegio me dijo “mira, ese muchacho es un diablo tocando esa bandolina, ahí está en tu cuarto…”.
Por esos días hubo el aniversario del colegio “Hermágoras Chávez”, donde yo trabajaba. Me llevo a “Pelón” conmigo y lo presento en la dirección, pero quien si realmente se interesó fue el maestro de música, Bernardo Blanco, quien era el saxofonista de la orquesta Los Blanco y tocaba el piano en los actos del colegio. Nos encerramos los tres en un cubículo donde estaba el piano y cuando el amigo Bernardo lo oyó, primero tocar y después cantar, quedaba con cara de asombro y satisfacción de músico ferviente. En un aparte me dijo “Julio, ese muchacho es un genio, no necesitó ni ensayar, fíjate que me quitó el piano…” Total, que en el acto cultural “Pelón” tocó piezas del folclor con su mandolina acompañado por mí en el cuatro; algunas otras entre el piano con Bernardo, mandolina y cuatro. Fue una jornada musical apoteósica pues había mucho público, no solamente los alumnos sino gente del barrio y representantes.
Por esos días “Pelón” y yo no parábamos la pata y estábamos siempre en plan de salida. Yo tenía una amiga que afortunadamente tenía un Malibú. Decidimos llegarnos hasta la Laguna de Sinamaica, pero antes debíamos trasladarnos en taxi hasta donde nos esperaba mi amiga. El taxista era un maracucho dicharachero y venía oyendo música, entonces “Pelón” comenzó a acompañar la música con la bandolina y antes de llegar al final del viaje dice de golpe el taxista “vergación, muchacho, y de dónde sois vos…?” Llegamos y partimos rumbo a Sinamaica. Cuando eso era un sitio bellísimo, muy turístico. Comidas y música. Restoranes en palafitos, con el río Limón al lado. Eso se acabó. Ahora son trochas de agua por donde se contrabandea gasolina. Llegamos a un palafito donde se presentaba música en vivo. Luego de cierto tiempo sentados, “Pelón” se para, mandolina en mano y nos dice “voy a ver por aquí…” Al rato noto que “Pelón” no vuelve y me paro a buscarlo. Lo encontré por un matorral de mangles donde estaba una planta eléctrica a todo sonido y “Pelón” cantando a viva voz lo más duro que podía… Me dijo “aquí, compitiendo con la planta, afinando la voz”…Y en verdad su voz se oía por encima del estruendo de la planta. Hablamos con el dueño para pedirle que dejara cantar y tocar a “Pelón” en el estrado, con micrófono, que veníamos de lejos, de Valle De la Pascua, en Guárico, nos dijo que sí, que no había problema…. pasamos el resto del día allí, hasta el anochecer. El palafito arrastró a la gente de los otros palafitos. Nos llovían las cervezas y los pescados fritos. Todos los músicos del paraje congregados al palafito nuestro, oyendo a “Pelón” tocar y cantar, intercambiando con él. Mi amiga, mujer de gran sensibilidad, no salía de asombro, fueron horas de asombro…Cuando nos íbamos el dueño del palafito nos dijo “déjenme algún teléfono… mire, amigo “Pelón”, la gente dice que usted es una gran artista, que nunca habían visto tocar a alguien así…” Tiempo después logré ver una foto donde está “Pelón” acompañando con la guitarra a nada más y nada menos que a Alfredo Sadel. La foto salió de Barquisimeto.
Pasaba el tiempo y en uno de esos viajes míos a La Pascua me encuentro con “Pelón” y decidimos reunimos a tocar para pasar el rato. Escogimos un sitio abierto, y decidimos que fuera la redoma frente al Colón, que para esa época era costumbre que la gente se reuniera allí a tomarse sus cervecitas y oír música. Eran otros tiempos y La Pascua vomitaba romanticismo puro. Pasan los hermanos Loreto y al vernos se paran, se acercan y hacen comparsa con nosotros. “Pelón” tocó esa noche a rabiar. Piezas del pentagrama musical venezolano, piezas extranjeras. De las primeras recuerdo que tocó piezas de una cadencia melódica que invitaban al sosiego como “Fúlgida Luna”, hasta llegar a piezas de un arrebato musical creciente como “El Diablo Suelto”. De repente salta Yldemaro Loreto y dice “Caramba, compay, usted toca esa bicha así como pato cuando está metiendo el pico en el agua a ver que encuentra, trrrrrraa… zás.”
“Pelón”, un genio adelantado en tiempo y lugar, un genio incomprendido. JCRP
Tomado de una publicación de Misael Flores.