Nadie lo vio entrar ni salir del reconocido alojamiento
Para su desgracia se quedó cerca del establecimiento y llevaba consigo el cuerpo del delito.
Una vez interrogado, J. M. Maita de 18 años, pudo constatarse lo que fue el hurto del mes. O del año.
El hombre invisible, según bautizó a Maita el inquieto Galindo Herrera, jefe de la Dirección del Servicio de Investigación Penal de Polidelta, había ingresado el pasado 13, cuatro horas antes de celebrar el Dia del Amor, a 10 habitaciones, dejando la llave de cada una en su respectiva cerradura.
Al finalizar el recorrido, llevaba en su morral 18 sabanas, de las cuales, al aprehenderlo recuperaron 5. Cual buhonero haciendo delivery, las iba entregando en el camino.
A la mesa de interrogatorios, en presencia del P/C Esp. Belmory Medina, director general de la Policía del estado Delta Amacuro, dijo que fue el robo más fácil del mundo y con gusto lo repetiría. Tanto que casi se queda dormido en una King Size matrimonial, imaginando las delicias de un encuentro conyugal el 14 de febrero.
Ladrón de profesión, con el debido respeto a la ética del oficio, decidió terminar su labor, antes que ser pescado echando un camarón.
En la jaula de la DSIP, donde no hay King Size, sino un cartón, tendrá tiempo de reflexionar.
Como dijo el inquieto Galindo, “a mis gavilanes ni el hombre invisible se les escapa”.
Así finalizó el hurto del mes o del año, después de hacer un recorrido por habitaciones de gala, en un calabozo piche.
