Cuando se disponía a retirarse de Morexys Glamour, antiguo Laredo Grill, en Tucupita, estado Delta Amacuro, una dama mayor le dio un abrazo y se “lanzó” tres pasitos con él.
La señora le mostró un récipe medico solicitándole ayuda y no se le ocurrió mejor cosa que pedírselo bailando.
Capriles accedió al abrazo y al meneo, lo que no sabemos es si la apoyó.

A pesar de las insinuaciones acerca de su pérdida de vigencia y del supuesto desgaste experimentado luego de tantos años en primera plana del mundo político, la efervescencia de las personas que acudieron a la Asamblea de Ciudadanos convocada por PJ Delta este jueves 10, mostró que aún le queda pólvora en la recamara.
En medio de vítores y aplausos entró y con las mismas salió del salón de festejos.

El caso es, y es lo que inspira esta nota, que tanto Capriles como el presidente Maduro, no dudan en mostrar sus dotes de bailarines, cada quien al son que le toca.
Lo que pasó después, a la salida, merece otra publicación. Es parte de folklore y también requiere su reseña.
