Andrés Gómez de 35 años fue inmerecida y brutalmente víctima del hampa.
Sobre las 12:30 am de este domingo, día de elecciones en Venezuela, recibió un disparo en el cuello que le costó la vida. Era una extraordinaria persona, un hombre mágico como lo definiera su esposa, la conocida Romi “Coquetica”.
Iba en una moto blanca marca Empire de su propiedad en compañía de Romilcal Carvajal y su hija Prya de apenas meses cuando un par de sujetos, presuntamente jóvenes, lo abordaron en la Y que divide el acceso a las comunidades El Torno y Santa Cruz, con la pretensión de atracarlos.
El intento de sustraerse a la acción del hampa, quizá en su calidad de conyugue y padre sobreprotector, hizo que intentara acelerar recibiendo el impacto del proyectil.
Apenas avanzó unos metros cuando se desplomó. Luego con ayuda de dos vecinos de la zona, en el tramo de calle que conduce a San Miguel, donde quedara su residencia, logró levantarse de nuevo para caer definitivamente desapareciendo rápidamente los signos vitales.
Dos copiosos manchones rojos testimonian la gravedad de la herida y el flujo de vida que se le fue.
Andrés era trabajador, atento, amable, integro; adoraba a Romi y a su bebé; atesoraba enormes sueños que habría de alcanzar. Atrás quedan su felicidad y la de su familia, el emprendimiento Guten Tag, cuyo nombre obedece a sus raíces germanas, una historia por escribir.
Dicha y vida eterna Andrés.
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