La gobernadora Lizeta Hernández y la EPS Delta, a cargo de Onmelys Romero, produjeron magia en el obelisco de la entrada a Tucupita, transformándolo en un bello monumento a la Navidad.
Sin escatimar esfuerzos, con recursos producto de las ventas y el esfuerzo de su personal, hicieron de una edificación a la que prestábamos poca atención, un verdadero símbolo de las festividades de fin de año.
Actuando en llave como fórmula imbatible, la mandataria y la EPS Delta, dan lustre a la ciudad, sustituyendo las luces amarillas por modernas lámparas Led y acentuando su accionar en aquellas obras o desarrollos urbanísticos que dan identidad y definen nuestra esencia.
La alegría va llegando, la pandemia asume visos de normalidad al combatirla con hábitos que hemos incorporado a nuestras vidas y nos ofrecen protección, el refulgente espíritu de los deltanos despierta, volvemos a ser los mismos de siempre y diciembre nos espera, que más podemos pedir.