La vida de los niños y la de los vecinos en general corren peligro en el sector del vertedero de basura de Tucupita, donde mayoritariamente viven indígenas waraos.
Un vecino que no se identificó por temor a posibles ataques de los ganaderos, denunció que han estado incorporando electricidad a los corrales, sin la previa notificación o algún anuncio.
El afectado cuestiona además si esto está permitido y desconoce qué organismo del Estado venezolano regula, o supervisa este tipo de iniciativas.
El pasado domingo cuando un grupo de indígenas fue a cortar madera un hombre recibió una descarga eléctrica que por poco le quita la vida.
¿Propiedad privada?
No se justifica la colocación de electricidad para uso animal en una comunidad donde hay más personas que ganado, aun cuando se tratara de una propiedad privada- que se pone en duda tratándose de un vertedero de basura- la preservación de la vida es un derecho humano universal que se prioriza por encima de cualquier otro, sobre todo en sectores vulnerables.
