Mirna Rondón obtuvo libertad plena sin restricciones
“Vengo a declararle al colectivo deltano que, en ningún momento agredí a nadie, ni siquiera empujé a la persona que me acusó y por cuya denuncia fui injustamente detenida”, así empezó la reconocida dirigente política, profesional de la administración pública y docente sus declaraciones a este medio.
“La Policía Nacional Bolivariana tomó atribuciones que no le corresponden, por eso exijo el derecho a restituir mi imagen pública, dejándolo por sentado en esta publicación. Todo el que me conoce sabe quién es Mirna del Valle Rondón Soto, alguien muy diferente a aquella que difundieron en Tane Tanae y un Tik Tok me hicieron. Salí libre, también mi hijo Luis Carlos Rangel Rondón. Estamos exentos de culpabilidad, las autoridades deben darse cuenta que cuando ellos arremeten con una persona, como lo hicieron conmigo, deben tener fundamentos para ello. Les dije, por favor, muéstrenme la boleta citatoria, a lo que respondieron que íbamos a conciliar allá, porque si yo no iba, me iban a imputar resistencia a la autoridad. Entonces decidí ir y en vez de conciliar, me dejaron presa, sin ninguna argumentación ni fundamento legal para hacerlo”, expresó.
Tomando un poco de aire, visiblemente molesta, continuó, “estando presa, porque eso fue lo que pasó, al fin pude dormir. Estuve detenida los días domingo, lunes y martes, el miércoles me presentan como toda una asesina, como si hubiera cometido un homicidio. Yo creo que al que comete un homicidio no lo tratan tan mal como a mí. Sufro artritis reumatoidea, el que me conoce sabe que es así. Plantaron 60 veces mis dedos para recoger las huellas, tanto, que al otro día no podía ni comer y tenía las manos hinchadas. Mi hija pidió verme, nunca se lo permitieron. La policía realiza unos procedimientos muy dudosos, que ameritan revisión y hasta destitución de los funcionarios. No sigan actuando de esa forma, primero deben verificar si es verdad que la persona delinquió, antes de someterla al escarnio público”.

En este punto, todavía afectada por lo que acababa de vivir, hizo un alto y prosiguió el relato, “Me montaron en una moto Kawasaki, que casi que me caigo de allí. Y presa con unas esposas que me lastimaron las manos. Estando en la sede policial, pudieron darse cuenta de cuánta gente fue para allí, muchísimas personas se acercaron, aprovecho la ocasión para agradecerles, porque esos son los momentos en que uno conoce a los amigos. Fueron a ver por mí, ellos saben quiénes son, no los voy a nombrar porque fueron tantas personas y tantos abogados que me asistieron, que hasta ellos mismos dijeron, “Señora, ¿quién es usted?”, respondiéndoles, “Yo soy la profesora Mirna Rondón, humilde y sencilla, y sigo siendo la misma”. Y siempre digo con sumo orgullo, pertenezco a la UBCH de calle Petión, para el que me conoce por la UBCH y la parte política. Yo sé quién fue, quién está conmigo y quién no está. Agradecida a todos ellos, se los agradezco eternamente y les deseo que nunca pasen por un proceso cómo el que me hizo atravesar la Policía Nacional, sin llevar una orden, porque la parte opositora no había formalizado la denuncia cuando fueron a la finca”.
Por último, a modo de desahogo, explicó, “para que el pueblo deltano sepa, soy hija de Emilio Rondón y de Nieves de Rondón, cuyos padres me dejaron una finca y por eso tuve que ingresar, porque está cayéndose, está en franco deterioro. Y entonces, si la contraparte tiene derecho, el INTI tendrá que ver qué va a hacer con nosotras dos, porque ella tiene un título y yo tengo otro. Gracias a mi gente, estoy bien, de vuelta en mi finca, agradecida eternamente. Y a Tane Tanae, que no siga publicando lo que la policía le dice, sin antes averiguar, deben tener veracidad y objetividad, antes de exponer una persona al escarnio público. Adoro mi pueblo, que Dios los acompañe”.
