Se los llevó de un taller de refrigeración en tres tandas, primero 3, luego 2, después 4, hasta llegar a 9. Al intentar cargar el décimo, tan cansado estaba, que casi se caía y entonces un vecino lo vio, lo denunció y el SIP Polidelta lo pescó.
A pesar de que el recorrido es corto, ya que vive en El Torno y los hurtó en la comunidad vecina San Miguel, el peso de los equipos terminó combándole la espalda. En el afán de llevárselos, a ratos los arrastraba y por momentos los cargaba; le faltó una carretilla.
Cuando el inquieto Com/J Galindo, jefe del Servicio de Investigación Penal y su equipo de CSI (Crime Scene Investigation) Delta se enteró, acudió a cazarlo, atrapándolo en flagrancia. H. León de 54 años casi coronó el 10, pero no pudo.
El sagaz Com/J Jackson London, patrón de Polidelta, atareado con los moteros y sus roncadores, monitoreaba a distancia girando instrucciones vía radio transmisor. Capturado el objetivo fue trasladado al comando de inmediato.
Por desgracia, ya había negociado algunos a los compradores de materiales ferrosos, es decir, a los reyes de la chatarra, recuperando solo una parte.
Lo peor del caso es que León, es flaco y esmirriado, sin saber de dónde sacó tanta fuerza. Según algunos pudo ser una infusión de: jengibre, romero, menta, orégano, eucalipto y citronera; según otros, menos inocentes, fue una “partícula rocosa” que se diluye al contacto con el calor, se aspira y borra hasta el apetito. ¿Quién sabe?
El “forzudo” de El Torno permanecerá a la sombra tras unos barrotes de hierro, supuestamente inviolables. Que se cuiden el sagaz London y el inquieto Galindo, no vaya a ser que los abra y salga por la puerta. Cuidado.
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