
Asnardo Rodríguez Santaella se ha constituido en el más misterioso de los precandidatos
El hijo varón de la exministra tucupitense rompió con un paradigma en el Delta, a contracorriente de la vieja escuela, aferrada al impulso que brindaba la radiofonía, ha optado por callar.
Ni siquiera Emeri Mata Millán, cuyas intervenciones públicas era calculadas en forma milimétrica, habló menos que él.

El “comanche” dejaba en manos de sus voceros naturales la labor de defender, a través de las emisoras, la gestión de gobierno, reservándose los momentos más álgidos para emitir opiniones tamizadas, ajustadas a las circunstancias, cortas en extensión y sumamente pensadas para lograr el efecto deseado. Siempre prefirió que otros y otras dieran el frente, esperando taimada y astutamente en la retaguardia.
Esa misma razón, ese silencio inescrutable, confunde a sus adversarios, ¿qué hará? ¿Cuál será el próximo paso? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Qué pretende? ¿Quién lo sabe? ¿Cuándo opinará?
Le queda al pueblo, formular hipótesis, especular. ¿Pretende la gobernación? ¿Asumirá Casacoima, trampolín familiar por excelencia? ¿Prepara el puente para el retorno de su mamá?

Indiscutible es, que su progenitora lo ha ido preparando, haciéndose acompañar de él a los grandes escenarios, comparecencias presidenciales, reuniones ministeriales y encerronas partidistas, a fin de lograr un producto refinado que herede las aptitudes y actitudes, y calce los galones políticos de los Santaella.
La oriunda de Clavellina pone de su parte, la otra mitad corresponde al aprendiz. ¿Avanzará?

Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta