La cruzada por la vida de Ricardo Emilio Mago Gómez, trascendió a sus seres queridos y a Corpoelec, convirtiéndose en la causa de todo un pueblo.
Desde que se produjera aquel infausto accidente el pasado domingo 12 de marzo hasta el presente 24, 13 días después, hubo oraciones en todos los rincones del estado.
A pesar de que nunca despertó, la reciedumbre de su corazón invitaba a la esperanza.
Las reiteradas operaciones, el acendrado cuidado familiar y médico, y las evoluciones de sus indicadores de salud, eran un reporte diario en boca de los compañeros de trabajo de sus padres y del colectivo deltano.
Las homilías y plegarias complementaban el esfuerzo y la preocupación. Tan solo este jueves 23, con motivo de su cumpleaños número 8 y en procura de auxilio espiritual, se realizó una misa en su nombre.
Mirando desde algún remoto lugar, lleno de mucha conmiseración por tanto sufrimiento de quienes lo rodeaban en el centro médico de Puerto Ordaz, estado Bolívar, el Altísimo y Ricardito, pactaron el inicio de su vida espiritual y detuvieron el corazón a las 5 pm aproximadamente.
Nunca antes se siguió tan de cerca en el Delta, la lucha sin tregua ni cuartel de una persona contra la muerte, cuyo resultado fue su tránsito a la eternidad.
Ricardito, estarás por siempre en nuestros corazones.
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