En el retén de Guasina pude reflexionar y aprender nuevos oficios para obtener mis alimentos: Santos Rodríguez

Loris García | Aobonona Eku Publicidad

Santos Manuel Rodríguez, tiene 53 años de edad y es oriundo de San Félix, sector Doña Bárbara, Estado Bolívar. Ha permanecido 8 años recluido en el rebautizado Retén de Guasina en Tucupita.

Rodríguez, contó que en su ciudad de origen logró graduarse en metrología industrial, siendo conocedor de topo tipo de aleaciones en estructuras de construcción, actividad técnica que va a la par de su vocación de sacarle una mejor forma a las cosas.

En el Centro de Reclusión y Resguardo Policial Guasina aprendió lo básico para elaborar carros con botellas de refresco y con su creatividad le fue dando nuevas y mejores formas y parámetros, sobreviviendo gracias a ellos ya que los vende o los cambia por alimentos.

Para elaborar 1 carrito se necesitan 9 botellas de refresco, me puede tomar 40 minutos, a quienes no estén prácticos les toma algo más de tiempo” manifestó.

Han sido 8 largos años privado de libertad, tiempo que para él ha pasado rápido. Rodríguez asegura que durante casi una década de reclusión se ha dado la oportunidad de aprender oficios nuevos y productivos para su vida.

Todos los cursos que han dado aquí yo los he hecho. Hice curso de repostería, panadería, aprendí a hacer capullitos, a trabajar con arcilla, a elaborar pulseras con bolsas de plástico, también aprendí a hacer ganchos para las damas con conchas de coco. Haciendo cualquier cosa de estas puedo venderlas y tener para mis alimentos”, explicó.

Además, relató que tiene 5 hijas hembras, y gran parte de su familia es de San Félix, manteniendo contacto permanente con ellos y esperando verlos pronto. Asegura que le falta poco para salir en libertad.

Quiero regresar, ver como esta mi familia, mi ciudad, quiero regresar a trabajar en la empresa donde yo trabajaba, como aún está activa porque ella es exportadora, todavía tengo oportunidad de entrar nuevamente”, indicó.

Extrañamente, a pesar de atravesar por etapas con un importante grado de violencia en el reclusorio, se considera una persona bendecida, “El tiempo de Dios es perfecto, aquí me he tomado el tiempo para reflexionar. Y gracias a Dios nunca he tenido ningún problema con mis compañeros”.

 

 

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