Catamarán de la naviera Virgen del Valle

Empresas que no aguantaron la pela

La crisis económica golpeó severamente al sector empresarial deltano, al punto de quebrar numerosos emprendimientos.

La reducción de nuestras finanzas, conllevándonos a manejar un volumen de dinero “minúsculo o enano” en comparación con el circulante de la mayoría de las naciones del mundo, cobró numerosas víctimas en nuestro terruño.

La imagen de la gráfica corresponde al catamarán Virgen del Valle, perteneciente a  la naviera de igual nombre, cuya bitácora muestra únicamente las salidas de prueba y el viaje inaugural a Trinidad y Tobago, nada más.

Con tres potentes motores y el mayor confort de la zona en la cabina de pasajeros, pretendía combinar navegabilidad, estabilidad, velocidad y comodidad para un viaje placentero.

A inicios de la pandemia, en virtud de las restricciones, sin otras opciones en el Delta, y sin la posibilidad cercana -en virtud del tipo de nave y la inversión requerida- de hacer conversión al traslado de encomiendas, tuvo que ser orillada en el paseo malecón Manamo, en los espacios del comando fluvial de la GNB, viendo transcurrir el tiempo.

En tierra firme desde fines del 2020, espera por nuevas medidas que liberen el tránsito de personas hacia la vecina nación o la oferta convincente de un buen postor, que lo adquiera y reditué la inversión brindándole nuevos destinos, opciones que no se aprecian en su horizonte.

Catamarán de la naviera Virgen del Valle
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