Las elecciones internas del Psuv, con miras a escoger sus candidatos a las gobernaciones y alcaldías, van teniendo un interesante índice de participación.
A pesar de la difícil situación económica, de la sostenida y perniciosa crisis política, y de las tendencias claramente establecidas mucho antes de que se llevara a cabo el proceso, en algunos sectores de Tucupita, la concurrencia se parece más a la de unas elecciones generales, que a las primarias de un partido.
En realidad son elecciones abiertas tomando en cuenta que el Psuv ha preferido someterse a un escrutinio general con el padrón electoral venezolano al completo y la supervisión del CNE, antes que medirse con y entre los suyos.
Obviamente, es un riesgo calculado en el cual, quienes pretendan afectar la línea de escogencia psuvista votando en contra de las tendencias o corrientes, lo hará añadiendo votos a la sumatoria general, sin incidir realmente en los resultados. Una decisión inteligente que muestra la madurez política del partido rojo rojito en aras de continuar manteniendo su hegemonía en el país.
En Delta Amacuro está resultando, como ha de suceder en el país, una especie de ejercicio que les permitirá aceitar la maquinaria, superar las fricciones, emprender camino de nuevo y, por supuesto, llevarse alguna sorpresita a la que harán frente aplicando las tres R del difunto Comandante Chávez, con miras a seguir superandose.
El Psuv picó adelante, resta ver qué hará la oposición.
