No precisamente de deporte, por más que muchos lo piensen. Parloteó largo y tendido de su otra pasión, de aquella por la que da la vida, la política.
Y de que más iba a charlar, si todos los que asistieron a la celebración fueron, son y serán políticos.
Contento y feliz, dejó atrás el “sopazo solidario”, acción social a la que dedicó tres largos e intensos años de su vida, enfocándose en su nueva misión, el triunfo electoral.
Cuadrado de frente con María Corina Machado, a la cabeza del partido político Alianza Bravo Pueblo (ABP), forma parte de la alianza en torno a la lideresa y está poniendo todo su empeño en que sea candidata presidencial.
A uno de los tres deltanos olímpicos de la lucha y uno de los cuatro oriundos de la tierra del agua que han ido a las olimpiadas, le cantaron las mañanitas sus panas de antes, hoy y siempre en su lar de barrio Libertad, municipio Tucupita.
Arribando un poquito más allá del medio cupón, sopló la totalidad de las velitas pidiendo una y otra vez el mismo deseo: un cambio político en el país.
Lo repitió con tanta devoción, que alguien en algún lugar del remoto firmamento debió oír y quien sabe si se cumpla. Quien sabe.
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