El misterio de Asnardo Santaella

En realidad no hay ningún misterio, sucede que, sobre los hombros de Asnardo Jr., pesa un apellido, que entraña a su vez una responsabilidad política, que necesaria y forzosamente está llamado a ejercer.

Con Yelitza encumbrada, Pedro de reposo, el “Chingo” voluntariamente apartado, Juan en otros menesteres, “Asnardito”, como también lo llaman, debe dar un paso adelante y lo está haciendo.

Podría decirse que intenta recoger la herencia publica-social-colectiva que le corresponde, quiéralo o no, de la mejor forma posible.

Representa, por otro lado, la persona de confianza de su señora madre. A quién más legarle asuntos de vital interés como: el correaje institucional, los contactos de interés, el otorgamiento de cargos y ayudas, los mensajes cifrados, el impulso a la juventud del partido de la Revolución y, por encima de todo, la inconmensurable tarea de llenar el vacío de una parcela, que representa una de las corrientes vitales del PSUV y que, por momentos, parecía haber abandonado el Delta, dejándolo atrás como un ingrato recuerdo.

El ingeniero ambiental es, a no dudarlo, la apuesta a futuro de los Santaella y como tal actúa.

De su empuje, auspiciado desde el nivel central, depende sostener la paridad de fuerzas dentro del buró psuvista estadal y “pelear” las cuotas de gobernabilidad, representadas en estamentos públicos, léase: diputaciones, alcaldías, direcciones nacionales y estadales y, ¿por qué no? La gobernación.

Sin apuros ni sobresaltos, a ritmo lento, dándole suficiente cocción, va preparando el regreso a un primer plano de la avanzada política, que llegó a tener, luego de la fractura entre las dos mujeres más poderosas del estado: dos diputaciones nacionales, tres alcaldías, un sinfín de direcciones, numerosas diputaciones regionales y concejalías y pare Usted de contar, cediéndolas progresivamente.

Quienes pensaron que esa facción fue barrida y había un poder omnímodo, omnipresente y todopoderoso en lo conducción de los asuntos partidistas y de gobierno, se van encontrando con la realidad de que quienes vinieron de Monagas y los que están respaldados desde un importante ministerio, van reclamando espacios puertas adentro y puertas afuera, con Asnardo a la cabeza.

¿Será candidato a la esquina más cotizada en la tierra del Warao? Caracas decidirá, mientras tanto hará el trabajo organizacional, con poco ruido y muchas nueces, cargando con un descomunal morral que, por mucho que pese, le toca acarrear.

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