Así lo inmortalizó Manuel Martínez “Chankilon” en sus esquelas políticas: el fenicio.
Al que fuera secretario de Finanzas de AD y uno de los grandes operadores de Emeri Mata Millán, se lo llevó la vejez.
Negociador nato, tuvo a su cargo entenderse con muchos de los factores que adversaban al Ingeniero, trayéndolos al redil.
Oftalmólogo de profesión, afirmaba haber atendido más pacientes que ningún otro colega en el Delta.

Un as en los negocios, de una agilidad mental sustantiva y profundamente familiar, mantuvo siempre el control de la vida y las finanzas, sin desbordarse en francachelas o vicios.
Este despierto fenicio, por su ascendencia libanesa, conoció a los líderes de la IV, comió a la mesa con ellos y nunca dejó de soñar con un retorno al ruedo del gobierno, esta vez de manos de sus hijos.

Agotado quizá, sucumbió a la muerte, sin haber publicado el libro que no llegó a escribir, uno que contara las memorias de cuarenta años de democracia puntofijista en el Estado, desde la perspectiva de alguien que tuvo peso en quienes detentaban el poder, sin pretender jamás ser figura ni irse metros más allá de la frontera que nos separa de otros estados o municipios.
La tierra del agua fue objeto de sus venturas y desventuras, y a ella volverá en polvo cósmico con el gusto y regusto de quien supo vivir plenamente.
Que en Paz descanses José.
En 42 años he atendido 18.300 pacientes de la vista: Dr. José Abchi

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