El presunto carro blanco, marca Chery, modelo Orinoco, en tareas de taxi, que aterró a los pobladores de la capital deltana, fue producto de una extraña coincidencia.
En realidad nunca existió un vehículo que fuera utilizado expresamente con ese fin. Lo que si hubo fue una serie de casualidades, que sembraron un nuevo mito en el colectivo.
Al menos en dos ocasiones, según funcionarios del Cipc, se produjeron atracos con perpetradores que bajaban de un carro de ese tipo, marca y color.
Curiosamente ambas veces fueron vehículos iguales pero distintos, Chery Orinoco semejantes de diferentes dueños. Taxistas desprevenidos que fueron raptados manteniéndolos al volante, mientras los antisociales cometían atracos, dejándolos ir una vez efectuaban su fechoría.
Ni los carros ni sus propietarios estaban vinculados, ni fueron robos cometidos el mismo día, quienes sí son los mismos, son los atracadores, plenamente identificados por el Cicpc.
Una vez que se popularizó la información, los delincuentes evitaron abordar un carro igual para evitar ser detectados.
Según un alto mando del órgano de investigación penal, están a punto de ser aprehendidos; “los tenemos precisados, en cualquier momento caerán”, finalizó.
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