Dos comentarios extraídos de las redes sociales, hacen referencia al sentir generalizado de la población deltana.
“Aquí solo hay justicia para las personas reconocidas o comerciantes. Del resto, parece que no valemos. Ojalá este caso no se quede en el olvido como otros tantos.”
“No es un… al que detienen por no tener casco ni es un… con dinero y es por eso que todos callan. Por favor, exijamos justicia para nuestro paisano, nuestro hermano warao, no nos quedemos callados.”
“A buen entendedor, pocas palabras”, hubo dos casos recientes que obligaron al alto gobierno -justamente los mencionados en las citas anteriores- a pronunciarse solicitando justicia a sus órganos subordinados, declaración que se extraña en este momento.
Luis Baeza, conocido popularmente como “Doble K”, fue hallado flotando en el caño Manamo, el sábado 27 de julio, un día antes de las elecciones, sin que se conozcan los responsables del hecho.
Los antecedentes previos sobre muertes de indígenas warao dibujan un panorama sombrío, en virtud de los casos sin resolver.
En tal sentido, los familiares y allegados tocan la puerta de las instituciones públicas con cuotas de responsabilidad en el crimen, para exigir justicia.
“No es solo por él”, nos dijo uno de sus familiares, “unos criminales andan sueltos y la población corre peligro”. Totalmente de acuerdo.
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