Día del Periodista no se sintió

La grafica corresponde al inicio de los tiempos difíciles, que nos condujeron por los derroteros de la pandemia y la hiperinflación.

Desde ese entonces, desde aquel pomposo desayuno organizado por la gobernadora Lizeta Hernández, a despecho del gremio se recuerda el almuerzo organizado por la alcaldesa de Tucupita, Loa Tamaronis, y poco más.

A pesar de la relevancia de la profesión y del incremento del número de graduandos en virtud de los buenos oficios de la Misión Sucre y la UBV, no ha habido mayor reconocimiento.

Los idos a raíz de la ingente migración, un grueso contingente de buenos periodistas, hacen un poco de todo para sostenerse, y los que permanecen, acusan los bajos sueldos y las dificultades de ejercer el oficio. Impera la odiosa necesidad de procurarse dos y tres trabajos para sobrevivir.

En esta ocasión, en pleno resurgimiento de la economía, abundaron las felicitaciones de particulares y las reuniones de colegas en cafés procurando simular un día distinto. También las llamadas a las radios locales.

Desde el sector oficial, que es quien mayor numero congrega, no se movió un dedo, ni siquiera una brizna de paja se levantó para conmemorar la fecha.

Por qué y para qué se dirán los gobernantes. Amen y gracias responderán los olvidados. La información debe continuar.

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