Cuatro días se mantuvo a 10 kilómetros de las costas de Venezuela
Con 650 marines a bordo, se desplaza a otro sector de aguas abiertas, desde donde se supone continuará la lucha contra presuntos traficantes de drogas de procedencia venezolana.
Quince (15) pequeñas embarcaciones han sido destruidas y 61 personas perdido la vida en el marco de la acción militar norteamericana, bajo el argumento de que transportaban narcóticos.
El repliegue táctico del USS Gravely se produce tres días después del encuentro con fines comerciales entre los presidentes Donald Trump de EEUU y Lula da Silva de Brasil, ofreciéndose este último a mediar entre la nación del norte y Venezuela.
«Estamos en disposición de negociar, porque queremos mantener América del Sur como zona de paz (…) No queremos conflictos de otra región en nuestro continente», manifestó el mandatario brasileño.
A pesar de inferir una probable conexión entre ambos hechos, el anticipo del logro de acuerdos arancelarios de común conveniencia entre las partes y la disminución de la fuerza de ataque en las cercanías del país continental con desembocadura al Atlántico, el imponente despliegue se mantiene.
Un portaaviones, ocho buques de guerra, tres buques anfibios y un submarino, constituyen el mayor contingente movilizado en décadas a las puertas de Latinoamericana.
Sin claridad sobre los planes de Trump, la tensión se mantiene in crescendo desde la segunda semana de agosto, cuando comenzó a poblarse de unidades de combate el mar caribeño y empezaron los ataques a lanchones que navegan en forma ilegal.
Muchos ven en esta cambió de ruta una señal de distensión, conducente a una posible retirada, para otros es la señal de que algo ocurrirá, más lo primero que lo segundo.
