Una calle de Tucupita/ Frank Medina, Tane tanae.

Deltanos viven su propio viacrucis día a día

La necesidad de adquirir alimentos y medicinas se ha convertido en una preocupación diaria para las personas en Tucupita. El alza del dólar y los bajos salarios dejan a los deltanos en una situación difícil que les impide cubrir sus necesidades básicas.

Elio Marín describió esta realidad como un verdadero «viacrucis» porque está marcado por la inquietud de conseguir lo necesario para subsistir. “Día a día vivimos la angustia de no saber qué hacer para comprar la comida, porque los salarios no alcanzan”, dijo.

Según la experiencia de Marín, aunque sus familiares en el exterior le envían remesas semanales, este monto comienza a devaluarse debido al incremento en los precios de la comida, producto del alza del dólar. «Yo vivo de eso, pero los precios son exorbitantes”, relató.

Para Mónico Campero la situación de los waraos también es un viacrucis, ya que deben afrontar dificultades en materia de salud, transporte y otros servicios. Además, Campero relató que varios indígenas viajan a Tucupita para vender las artesanías que laboran para cubrir algunas necesidades.

Sin embargo, lo que perciben no les estaría alcanzado para cubrir todos los gastos, ya que deben venderlos a comerciantes intermediarios, quienes le pagan un monto menor. “Lo que reciben por sus productos no les alcanza para cubrir su estadía, ni compra comida porque todo está caro”, dijo.

A pesar de que las personas buscan otras alternativas de trabajos y así obtener otros ingresos para comprar comida y medicinas, los altos precios, derivados por el incremento del dólar, se convierten diariamente en un calvario para los deltanos.

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