Hay indignación en las calles de Tucupita y las redes sociales. Varios dirigentes políticos han salido con pancartas a señalar de asesino al gobierno de Trinidad y Tobago por la muerte de un niño de un año de edad, fallecido por una bala que le propinó la Guardia Costera de la vecina isla, cuando migraba en un bote en manos de su mamá.
Pero no ha sido el único hecho que agita los sentimientos de los deltanos. También exigen justicia por el asesinato de una mujer a quien también abusaron sexualmente. Es el cuarto homicidio en los últimos dos meses en Tucupita; la ciudad que ya había mostrado serios indicios de ser insegura, tomando en cuenta los ataques delictivos.
El Delta está de luto y en la mirada del mundo. La gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, ha rechazado ambos hechos, y, así como el gobierno de Caracas, ha lamentado la muerte del pequeño en Trinidad y Tobago. Solo que esta vez ha sorprendido una publicación hecha en sus cuentas de redes sociales, donde exige una investigación en torno a la muerte de Irma García, una indígena asesinada cruelmente el pasado domingo. Se trata de un post que no había ocurrido con otros homicidios.
Los deltanos han exigido justicia por ambos casos y han criticado al Estado venezolano por no proyectar políticas que incidan en la erradicación de ambas realidades en las que se pierden vidas humanas. La ONU también ha lamentado la muerte del niño en Trinidad y ha instado a los gobiernos a canalizar los protocolos establecidos para aclarar lo sucedido.
Con Irma García y el niño de un año de edad, Delta Amacuro abre una semana de luto y conmoción. Hasta ahora se desconoce cómo avanzan las investigaciones en torno a ambos hechos. El gobierno de la entidad atraviesa esta vez por una turbulenta presión social.
