Lizetica cambió radicalmente de estrategia, si antes evitaba encontrarse con Yelitza, ahora lo busca.
Curiosamente, la Ministra hizo lo mismo pero al revés, si en tiempo pasado anunciaba con bombos y platillos sus visitas al Estado, en la actualidad prefiere la sorpresa, llegar sin ser anunciada, aparecer de repente. ¿Con qué fin? Evadir a la gobernadora.
Desde que una le manifestara a la otra “yo te puse”, casi queriéndole decir “yo te quito” y esta le pidiera -si cabía- disculpas, hubo una vuelta de tuerca y el vals cambio de dirección. La que estaba a la retaguardia pasó a la ofensiva y viceversa.

¿De qué va el juego? Muy sencillo, medirse sin verse las caras, de Poder a Poder.
Hernández decidió meterse en la cueva, llámese Escuela Petión, casa del Psuv, donde sea, a plantarle rostro y disputarle el territorio a Santaella.
No solo eso, va con su combo, con su “gente”, de manera que en la medición, levanten su voz los de aquella y los de ella, sin que ninguna sobresalga ni marque la diferencia.
Por el contrario, la jefa de Finanzas del partido de gobierno, espera a que se llene el lugar y luego, a última hora anuncia su presencia, para librarse de intromisiones, incomodidades, tragos amargos y roces.
Mientras tanto, los reencuentros seguirán ocurriendo, las caras largas continuarán existiendo y las tensiones no se disiparán. Un factor se atraviesa y obstaculiza cualquier tipo de vínculo: el Poder.
Acotación del editor: Esta nota fue producto de los comentarios de una avezada política deltana y activista por los derechos de la mujer, cuyo enfoque, denso y fundamentado, ilustró uno de los ángulos de una confrontación legendaria que va para 13 años.
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