A lo largo de nuestra historia diversos pensadores han escrito sobre este pseudo-rasgo: “La aventura venezolana” (Mariano Picón Salas, 1963); “El mal de la viveza criolla” (Arturo Uslar Pietri, 1986); y “La viveza criolla: destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor” (José Ignacio Cabrujas, 1995) y mucho antes fue fabulada en “Tío Tigre y Tío Conejo” (Antonio Arraiz, 1945).
Es común escuchar: “Todos los días sale un pendejo a la calle, el que lo agarre es de él” frase infame que desdice de lo que somos, pero que evidencia lo que han inoculado en lo profundo de la conciencia.
En las últimas décadas se han normalizado y justificado ese supuesto rasgo que alienta las prácticas mas cuestionables. La guerra multiforme que ha desplegado el imperialimo tiene como fin último la descomposición moral de nuestra sociedad, y es por ello que han propiciado situaciones más extremas que han derivado en el “canibalismo criollo”.
Frente a ese sombrío escenario del todos contra todos, debemos levantar un fuerte movimiento nacional que promueva la descolonización de la conciencia y desde el amor a la Patria reconecte con la esencia de lo que somos. Los venezolanos y venezolanas somos gente buena que sueña, construye y lucha por un mejor futuro, no somos unos vivos, ni unos pendejos.
Dr. Heryck Rangel Hernández
Caracas, 17 de enero de 2023.