Aquiles J. Amares P.
A Braulio Amares, padre, en recuerdo imperecedero
Conectar hombre-Cosmos, para percibir un atisbo de tu presencia inmanente. Algo que definitivamente se manifiesta en este mundo; mi mundo, vuestro mundo, como substancia inconmensurable, permanente e infinita, que todo lo contiene y abarca.
Son las soledades cargadas de incertidumbre, las que fomentan las utopías que nos proyectan horizontes inasibles de plasticidad y soberanías, cargadas de pensamientos plurales, diversos, complejos y de apariencia abstracta.
Pero nuestro pensamiento navega libertario cubierto por matriz de fluido amniótico, en procura de liberar potentia posible. Queda – por ahora -, este camino de recorridos con aperturas forjadas al calor de temeridades, en busca de libertades.
Los colores cristalinos nos proyectan amplios rangos de opacidades y transparencias prístinas, que nos conminan a la forja de caminos tortuosos, meándricos; pero caminos al fin.
Así avanzamos desde la soledad solidaria de la madre, pasando por la compañía de Eva, Afrodita, de Iboma, de la Venus luminosa, que nos impregnan de lechoso, cálido, abundante y estimado liquido de amor.
La vida, dícese, es tal según el cristal que se antepone a la ocular cavidad orgánica. La perfección del cristal, se hace metáfora para dar pininos pasos en progresión de pensamientos, en hombros de abuelos para la proyección más allá del horizonte. En ese tránsito, que no admite reposo, unimos cielo y tierra en encuentro con inmanente sello de creaturas en y por Dios…
Ojidu
Tucupita, 20 junio 2.021
¡Carabobo, memoria y gloria heroica de la Venezuela eterna!
¡El Sol de Venezuela nace en el Esequibo!
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