Corpoelec en pleno está de duelo.
Un luto estricto y riguroso, de dolor profundo e hiriente y el llanto a flor de piel, sin posibilidad de contenerlo.
Con el alma en un puño y las plegarias apuntando al firmamento, el personal de la estatal eléctrica vivió a diario un viacrucis, en espera de que Ricardo Emilio Mago Gómez, abandonara el mundo de los sueños.
Este viernes decidió volar e irse al lado del Altísimo, donde habrá de contagiarlo con su alegría, velando por sus seres queridos desde el cielo.
Hijo de dos compañeros de labores, la gerente territorial Ana Gómez y el gentil Ricardo Mago, cercanos y amigables, apreciados y valorados puertas adentro y afuera de la institución, fue faro de luz y lo seguirá siendo en donde esté.
Oportunamente se avisará la fecha y hora del sepelio. Gloria y dicha eternas Ricardito.
