Contra las sanciones y el robo de los activos marcharemos este 23E

Wilmen Dicurú

Cuando estamos en vísperas de conmemorar el 23 de enero de 1958, acaecido 65 años atrás, cuando estudiantes y líderes políticos conjugaron esfuerzos en una lucha o batalla para sacar del poder a Marcos Pérez Jiménez, nos encontramos con una Venezuela inmersa en dos puntos de vista distintos o diferentes narrativas.

Una narrativa, la primera, representada por voceros que hoy le exigen al gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros, mejoras salariales e incremento del poder adquisitivo de los trabajadores, pero al mismo tiempo le hacen lobby o aplauden las sanciones del gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela, sabiendo, que sin las sanciones, el país tendría mayores recursos económicos para atender las necesidades de su pueblo e incluso pudiendo decretar en lo inmediato la mejora salarial de los trabajadores. Es propicia la oportunidad para recordarles que dichas sanciones no le permiten a Venezuela ejercer actividades financieras con otros países que en el otrora se efectuaban sin ningún inconveniente, sobre todo en lo concerniente al músculo fuerte de nuestra economía como lo es el petróleo y otros rubros derivados de suma importancia.

Estados Unidos ejerciendo su supremacía, le robó al pueblo venezolano activos tales como Citgo, Monómeros y otros, entregándoselos a un supuesto gobernante interino, que ya fue extirpado del escenario político, quien se encargó de dilapidar todos esos recursos económicos, mostrando total indiferencia ante el oro que nos fue confiscado por el gobierno de Inglaterra y que cabe añadir a los bienes que han robado al pueblo venezolano.

Otra narrativa, que ha representado el contrapeso y la dignidad ante los atropellos del gobierno de los Estados Unidos y sus Obama, Trump y el pisa blandito de Joe Biden, anexándoles los tontos útiles que ejercen de voceros principales de los partidos de oposición, en defensa del proyecto socialista humanista de inclusión, ofreciendo resistencia a las medidas coercitivas que ha impuesto el gobierno de USA a Venezuela, donde queda bien claro y definido que nos mantendremos en pie de lucha hasta lograr nuestra definitiva independencia.

Hoy vemos en las calles a trabajadores de las diferentes instituciones públicas: educación, pensionados y otros, reclamando salarios justos y otras reivindicaciones de acuerdo a la Constitución, estando en todo el derecho de hacerlo, a los que les digo, en mi modesta opinión, principalmente a los diferentes gremios, que no dejen politizar sus reclamos.

Hay, lo digo con total propiedad, quienes quieren pescar en río revuelto, o inyectarle más carburante a la situación de precariedad económica que hoy vive el país; la experiencia de manipulación de marchas de este tipo por parte del sector político de oposición, le costó al país más de 20 mil millones de dólares, les puedo recordar las del 2002 y 2003, siendo imposible para cualquier gobierno recuperar las pérdidas que entrañan, dejando grandes secuelas que posteriormente se pagan con creces, afectando la nación en muchos sentidos. Parte de estos voceros, son pagados desde el norte para tal fin.

Esperando sepan interpretar estas líneas, al mismo tiempo les hago un llamado a tomar las calles este 23 de enero para exigirle al gobierno de los Estados Unidos y al gobierno inglés que nos liberen de las sanciones y nos devuelvan nuestros activos, lo que sería la punta de lanza para ir mejorando nuestra economía.

 

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