Hay un pájaro que entre los waraos lo denominan “el chismoso”. Las mujeres que han resultado embarazadas y pretenden ocultarlo, le temen a esta ave.
Unos lo llaman la campanita, otros, la cigüeñita. Lo cierto es que, solo aparece cuando una chica intenta ocultar su estado de gestación.
“A la hija del señor Julio la sorprendió uno de estos pájaros. Un día todos estábamos jugando y por encima de su casa pasó ese pájaro, allí todos supimos que alguien estaba embarazada, pero que lo estaba ocultando”, dijo un joven.
Lo que pareciera ser para los no indígenas un vil retraso cultural, para los sabios waraos representa sabiduría y una inigualable conexión con la naturaleza, con la vida. “Es certero, esta ave hasta ahora no ha fallado”, asegura el mismo joven consultado.
Un nativo de los caños del Delta, una zona que se encuentra en la selva del estado Delta Amacuro, dijo:
“Una vez escuché ese pájaro que pasó por mi casa, luego me puse a pensar en lo que se dice de ese canto, entonces saqué conclusiones de quién podría ser, estaba una joven que es mujer de mi sobrino, y en dos semanas después la joven anunció que estaba embarazada”, dijo el warao.
Cada vez son más las fuentes que asegura lo que hay detrás del “canto profético”, incluso, hasta en la capital deltana ya se ha logrado captar la atención de esta creencia de los oriundos del estado Delta Amacuro.
Y así, como este, también existen aves que predicen la muerte, el peligro, la traición, y hasta el arribo de un visitante a casa. Mientras otras culturas asesinan y acaban con la naturaleza, los waraos forman parte de ella, todos son un solo elemento de la vida.
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