Conjeturas

Pompilio Monroy Perales

1: Si la falsa oposición gobiernera su candidato escogiera por encuesta o  elección, el evangélico no endémico ganaría la carrera galopando a mi compadre académico, que merece esa lección. Debió quedarse solamente en sus actividades encomiables que han ocupado su dedicación. Tendrá pues su tercera derrota en su aspiración de ejercer cargo de representación. No podrá ni de lejos emular a Caldera y otros tantos que por su persistencia han tenido mejor destinación.

2: Sin embargo, es probable una operación exitosa, si la Doctora quisiera usar su bi$turí diciendo luego “yo no fui”: inducir al con$en$o para que el ungido por su gra$ia fuere mi compadre que lleva el nombre de un patriarca bíblico padre de las doce tribus de Israel…  y  quiere  “competir”  con el hijo de Jesús, nieto de José, esposo de la virgen penetrada por el Espíritu Santísimo, y por cuya gracia insuperable nació El Salvador.

3: De esa manera, a la chita callando, la gobernanta resolvería la “competencia” entre dos desertores de causas distintas, opuestas, antagónicas y contradictorias, que ahora son compañeros de ruta en la farsa electorera. Ambas deserciones son ejemplo de que los extremos se tocan, se cruzan y entrecruzan a conveniencias intrusas. Aunque son pan comido para su victoria, a Ella le interesa más volver a derrotar al hijo de Cristo, que al tocayo del patriarca.

4: En este caso, la Tenienta alejaría mucho más las apetencias terrenales de poder y gloria que tiene el pastor evangélico. El hijo deltano de Cristo Redentor olvidó que “mi reino no es de este mundo”; en él se confirma la aserción de que el hijo mata al padre: prefirió la felicidad zoocialista a estar sentado a la diestra de Dios Padre; quiere imitar a su hermano Bertucci, quien hizo el milagro de convertir la sopa en guiso; él convertiría en votos la fanaticada religiosa y deportiva. ¡Cosas del cristianismo socialista del siglo XXI! Su gran error consistió en apresurarse. Debió dar la pelea internamente para consolidar un liderazgo en las bases, no en el artificial de los medios de comunicación. Ya es demasiado tarde.

5: Sea cual fuere el candidato de la falsa oposición, ninguno tiene chance de ganar. Carecen de organización y recursos, sus promesas son increíbles, su trayectoria política genera desconfianza. Estas tres cualidades son un lastre muy pesado. Los electores conscientes, igual que los manipulados, no lo tomarán mayormente en cuenta. La Doctora podría no usar el bisturí por considerar que la operación con$en$o sería costo$a en cargos burocráticos y de representación. No tiene por qué cederlos. Ganará como sea.

6: La reina continuará gobernando sus vasallos. Por ahora lo tiene todo a su favor: la manipulación de conciencias mediante la hegemonía comunicacional que repite repite repite mentiras, amenazas, promesas incumplidas; la ignorancia, fanatismo, ambición y necesidades vitales insatisfechas de la mayoría que vota; el miedo y temor infundido a la población; los dólares, comida, gas, gasolina, transporte, luz, agua…; y como si fuera poco, el apoyo técnico civil y militar para cometer fraudes. Pan comido.

7: ¿Está todo perdido? ¿Se eternizará el régimen? ¡De ninguna manera! Puedo anunciar que el Amplio Frente Opositor para la salvación de Venezuela ya acordó la tarjeta única para participar, siempre y cuando existan condiciones y garantías suficientes y confiables de modo que las elecciones sean libres, justas y verificables. El Amplio Frente no es solamente el G4 representado por Guaidó, está formado por 28 organizaciones con fines políticos, de las cuales muchas tienen asignadas tarjetas para votar. Veremos.

8: Mis conjeturas sobre el Amplio Frente en Delta Amacuro, serán publicadas en próxima edición. Mis lectores consecuentes que ya forman un montón, solidarios como son, deberían compartirlas para su multiplicación. Igual que la presente edición.

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