Prensa Cámara de Comercio
Foto: imagen de referencia tomada de internet, sin autoría especificada.
En la actual situación inflacionaria que vive el país, el comercio deltano está en jaque mate con el alza descomunal que han sufrido las tarifas del servicio eléctrico, mas tomando en cuenta que el consumo se calcula al ojo por ciento, ya que en su mayoría no han sido provistos de medidores, y la empresa no ha repuesto los dañados o no se toman las lecturas.
Anteriormente el servicio era económico, y nos tocaba asumir la perdida de equipos por las múltiples fallas en el suministro eléctrico, por los cuales nunca la empresa Corpoelec respondió, dentro de sus políticas nunca tomaron en cuenta las mejoras ni la actualización de los precios y los usuarios pagábamos las facturas sin darle importancia al consumo que reflejaban, pero hoy en día, con lo costoso del servicio, no podemos cancelar por aquello que no consumimos, aunado a esto, nuestra demanda eléctrica ha disminuido a la par de la prosperidad y rentabilidad de los comercios.
Para darnos una idea de cuánto se ha encarecido este servicio, observamos en la facturación, que en el mes de noviembre 2020 el precio del kilowatt-hora por consumo era 208,86 Bs y el kilovoltiamperio por demanda 19.152,00 Bs y para el mes de enero 2021 el kilowatt-hora por consumo subió a 8.227,00 Bs y el kilovoltiamperio por demanda a 1.223.995,00 Bs., lo que representa un alza de casi 4000 % y 6400 % respectivamente. Y lo peor es que probablemente no se detendrá allí.
Surge la interrogante: ¿Cómo en esta situación país de hiperinflación y pandemia, donde el comercio ha soportado a duras penas esta crisis, el estado puede incrementar e internacionalizar el precio de los servicios públicos?
La respuesta inmediata de Corpoelec, ante la imposibilidad de pago, es el corte del servicio eléctrico y luego acuerdos de pago, que por las altas sumas son impagables para muchos, un comercio pasó de pagar 5.000.0000,00 Bs. en Noviembre 2020 a 75.000.000,0 Bs en Enero 2021, recibos en 300.000.000,00 Bs. y mas, todo dependiendo, según se vea la rentabilidad de la empresa. ¿Cómo asumir este compromiso?
Nos hemos desprendido de trabajadores, equipos que se dañan no los podemos reponer, nos hemos reducido en nuestros propios espacios, pero sin el servicio eléctrico, no podemos funcionar, ¿sobrevivirá el comercio? ¿Hasta cuándo?
Se requieren cambios que nos permitan generar los ingresos suficientes para cubrir los gastos de funcionamiento como mínimo, mientras no se actualicen los salarios en Venezuela, difícilmente podemos producir para pagar servicios a precios internacionales, la prosperidad del sector comercial está ligada directamente al poder adquisitivo de la población.
El comerciante entiende que debe pagarse el servicio, pero nos es imposible, con negocios trabajando a media máquina y casi en quiebra, atiborrados de impuestos, con múltiples exigencias fiscales y sin la posibilidad de ayuda financiera por parte del sector bancario.
Las políticas gubernamentales menguan la posibilidad de crecimiento de este sector y atentan contra su estabilidad, los que tienen la responsabilidad de dirigir este país parecieran no entender que este sector es fundamental para el desarrollo y crecimiento de la nación, el comercio genera empleos, satisface las necesidades de la población proporcionando estabilidad y bienestar a la familia.
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