A lo largo de 86 días no se han registrado homicidios en la capital deltana
Los tiempos duros parecen haber quedado atrás. Luego de las orgias de sangre que sacudieron Tucupita, diezmando la población masculina, el índice de criminalidad ha ido reduciéndose paulatinamente.
La desaparición del único GEDO (Grupo Estructurado de Delincuencia Organizada) del que -realmente- se haya tenido conocimiento en la historia del Estado, denominado al igual que su difunto líder, “Evander”, se tradujo en menos decesos.
Durante el lapso en que se estipula operó, algunos cuerpos de seguridad elevan el número de muertes violentas a casi 100, bien sea los caídos de su lado o aquellos que no quisieron alinearse y fueron eliminados.
Otro balance, más modesto, de extracción periodística, sitúa la cantidad en unas 50 víctimas, casi todos jóvenes. Cabe destacar que dichos registros obedecen a un espacio de tiempo de 3 años.
La supresión del fenómeno de los pranes, de seguro incidió, ya que muchos de los asesinatos acaecidos durante el quindenio (15 años) del pranazgo, habrían sido ordenados desde Guasina.
La ciudad parece haberse cansado de los ajustes de cuentas demandando paz.
La multiplicación de los órganos de seguridad, al menos 10 con funciones preventivas y de combate al flagelo delictivo: Polidelta, Politucupita, PNB, DESUR, DIE, CICPC, FAT, GAES, GNB 612, incluyendo al SEBIN y al DGCIM, y el intento de coordinar acciones, ha surtido efecto. Una situación que tendía a crecer alcanzando picos históricos, va en retroceso.
Por primera vez en años, transcurren dos meses sin homicidios. Quiera Dios que esta crónica no ejerza una suerte de pava y termine el periodo.
«Corroncho» esnucó a hombre en Palo Blanco y quedó pegado en el CICPC
Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta