Capriles caminó Tucupita

Henrique Capriles Radonski aprendió a caminarle al gobierno y este viernes 15 de octubre lo demostró, son muchos años conociéndolo.

No llegó cuando se pensaba que debía llegar, no caminó por donde se suponía que lo haría, ni se reunió en el lugar que se presumía, ni siquiera se sabe a ciencia cierta si durmió en Tucupita, lo que al parecer ocurrió. Lo único verdadero fue que vino cuando dijo que vendría, porque no había forma de que no lo anunciara ni convocara.

Por otra parte, sabedor de las falencias del chavismo y la oposición, con claridad sobre el rol que juega, consciente plenamente de la situación que atraviesa el país, mientras los demás hacen campaña encapillados o encapsulados, Capriles salió a caminar, rodeado de gente por el centro de la ciudad.    

Bien sea que lo haga a conciencia o por llevar la contraria al otro sector de su bando en la oposición, encabezado por Juan Guaidó y Leopoldo López, aprovechó la libertad que tiene habiendo permanecido desde siempre en Venezuela y conversado hasta con el propio Maduro, para saludar a la población cual Carlos Andrés, pisando tierra sagrada a paso firme y ligero, codo a codo con sus candidatos de la MUD.

Capriles parece expresar sin decirlo, ni oposición radical ni oposición a la medida, verdadera oposición, procurando centrar el debate político y allanar la vía intermedia que le permita ir configurando un bloque tan fuerte como el del gobierno, con una propuesta sólida y firme, estructurada en función de reconfigurar la sociedad y dar un vuelco a la nación.  

Capriles/Caldera, en ese espejo se mira, ilusionado con llegar.

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