Fue un triunfador absoluto en las actividades que emprendió cada momento de su vida
Alfredo Laya, la persona discapacitada más conocida de Tucupita, expiró su último suspiro este sábado en Maturín, estado Monagas.
Al divulgarse la noticia, las redes sociales se vieron anegadas de muestras de dolor y desconsuelo.
Para Laya, las carencias representaron obstáculos a superar y nunca se sintió menos. En innumerables aspectos brilló, sacando cuerpos de ventaja a quienes tienen los sentidos completos.
Defensor de los que, como él, tienen mucho que dar si se los ve desde la óptica adecuada, caminó el país entero, dejando en alto la bandera deltana.
Con un entusiasmo a prueba de balas, nada hubo que lo hiciera decaer ni bajar los brazos, por más temerario que pareciera el reto.
Este hombre ejemplar, campeón de dominó en cuanto evento se organizó, en la hora luctuosa debe estar jugando en los jardines del paraíso. Sonriendo, seguro de ganar, aunque al frente tenga al Tigre de Carayaca, a San Juan o San Pedro.
Dios lo tenga en su Santa Gloria.
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