Opinión de José Cedeño
Dentro del amplio mundo de los deportes, sean estos, cuya práctica sea desde lo individual o desde lo colectivo, siempre hay un grupo de personas, por no decir equipo que desempeñan un papel bien importante en favor de la práctica que hacen los deportistas.
Se hace la salvedad que estos colaboradores, o trabajadores no forman parte directa de su equipo técnico; sólo que cada uno de ellos realizan actividades que permitan adecuar situaciones en favor del atleta o de los equipos.
El oficio realizado por determinadas personas sin pertenecer a la nómina del atleta es de suma importancia al momento de adecuar situaciones; algunos lo tienen dentro de las organizaciones; otros no, solo los conocen por situaciones resueltas, y ello es suficiente para tenerle confianza. Amidal Fernández es uno de esos expertos que realizan oficio para los atletas.
Quien está presente como protagonista y da motivos para escribir el tema es el buen amigo Amidal Fernández, un trabajador de la construcción, que decidió innovar como reparador de zapatos para crecer en la turbulencia de los espacios habituales del diario acontecer.
En el oficio indicado, Amidal atiende en buena manera a los jugadores de fútbol de salón, a ello los inquiere a fin de que les diga, como son los pisos de las canchas donde regularmente juegan, ya que en algunas ocasiones es necesario recomendar suelas que permitan buen desplazamiento y mejor adaptabilidad para la tranquilidad del atleta. Los practicantes de los distintos deportes se acercan a solicitar el servicio y recibir la recomendación de quien también es conocido como el “zapatero del cerro el chivo”.
Mientras los clientes y deportistas esperan por el arreglo de los zapatos en su taller, que está ubicado frente a la urbanización Doña Bárbara, en el sector del cerro el chivo; Amidal le canta algunas canciones de su autoría, ya que, además de los oficios ya descriptos también es poeta.
Una de las canciones más populares es la del zapatero, la cual interpreta desde el alma al son del raspacanilla, cuya letra le dejamos por el presente medio: “El zapatero sí sabe a que huelen los piececitos; de esa muchacha bonita que vive en el edificio; igualmente de la señora y también de los viejito; el zapatero es tan noble que guarda los secreticos; traigan amigos sus zapaticos, que el zapatero del cerro se los deja nuevecitos; yo le cambió la tapita, se los coso, se los pinto, se los pongo nuevecito; les pongo suela de caucho y quedan de paquetico; le cobro con pagó móvil o bolívar nuevecito; y si los paga con verde le hago sus descuentico.”
Amigo lector, no todo es cancha, estrategias, balón, pitos, órdenes y goles, el oficio que hace Amidal también aporta no sólo cuando el calzado está deteriorado, sino, también cuando está nuevo y es necesario hacerle algunas adecuaciones, para mejor comodidad al momento de calzarlo para la competencia de las distintas actividades deportivas. Los deportistas pasan por donde el zapatero Amidal Fernández; ello es una muestra de que en amplio mundo de los deportes mucha gente aporta para que el espectáculo deportivo sea una realidad.
El primer día del mes de mayo es el día de los trabajadores, y en honor a ellos un afectuoso saludo para ustedes, de parte de quien como trabajador siderúrgico es conocedor de la diaria faena. Amigas lectoras, amigos lectores muchas gracias por el tiempo que dedican al presente espacio, será hasta la próxima oportunidad con el favor de Dios estaremos presente. Para contactos por @joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).
Vamos a encontrarnos en Telegram https://t.me/Tanetanaedelta