El caso se acerca a su final policial, luego vendrá el proceso judicial, que es materia distinta.
Los asesinos de Irma García tienen las horas contadas, están a pasos de una larga condena, las evidencias los incriminan, esperando únicamente por las conclusiones de la ciencia.
Por algo el Cicpc tiene en su haber tres imprescindibles palabras:
- Criminalísticas / Evidenciables.
- Científicas / Irrebatibles
- Penales / Sancionables.
En un hecho que ha conmovido como pocos a la sociedad, con especial énfasis a la población warao, los pesquisas han debido trabajar a tiempo completo.
Sin poder calibrar todavía las consecuencias futuras de su trágica muerte, es menester pensar que deja 7 hijos con la mayor de 17 años embarazada.
A Irma la asesinaron inmisericordemente, sin compasión, tras haber abusado sexualmente de ella. Los supuestos testigos, de origen warao, denegaron colaborar por temor a posibles consecuencias, hubo que solicitar apoyo de las autoridades indígenas para atenuar su resistencia.
Con elementos de interés criminalístico en la mano, fueron efectuadas las primeras detenciones, que condujeron a otras y al parecer, a la captura de los responsables.
Siendo un crimen de connotación nacional, el órgano de investigación penal no ha querido dar pasos en falso y prepara el dossier de la información que ventilará a la opinión pública, cuando tenga la certeza irrevocable de haber comprobado la implicación de los autores.
Ya cayeron, en las próximas horas se determinará absolutamente si fueron y, solo entonces, podremos conocer sus identidades.
“Paciencia, el Cicpc no fallará”, nos prometió un alto mando. Eso esperamos.
