Tucupita 04 de junio del 2023.
Texto enviado a Tane tanae por Rogelio Rodríguez Rodulfo y José González Cabrera
Sic.
«Como premisa fundamental el Estado Venezolano tiene la obligación de informar debidamente a la ciudadanía sobre el uso y destino de los dineros públicos, y demás bienes de la nación; y los venezolanos tenemos el derecho de ser cabalmente informados.»
En ese orden de ideas un grupo de ciudadanos preocupados, y motivados por:
1.- La escasa información sobre las labores que se adelantaban en el muro de contención,
2.- La incertidumbre que acarrea nuestra inseguridad ante las crecidas del Orinoco,
3.- La disposición de atender el exhorto reiterativo del Ejecutivo Regional (reunión Ejecutivo – Asogado, enero 2023 y emisoras radiales) para que entre todos cuidemos el Sistema de Protección de Inundaciones y,
4.- Nuestra preocupación por la disminución que le han ocasionado al muro de contención en restauraciones anteriores, tales como: recortes significativos y contraproducentes en sus talúdes, además de la eliminación de uno de sus espigones o cortacorrientes («Vertedero»).
Por las razones antes expuestas, y haciendo uso del derecho que nos asiste como ciudadanos decidimos, a modo de《contraloría social》, «instrumento invocado en tiempos de cambio a favor de los intereses de la ciudadanía, y más por tratarse de una obra de interés existencial para la mayoría de la población de Delta Amacuro», realizar una INSPECCIÓN TÉCNICA, con apoyo de laboratorio, en las labores de restauración que se adelantaban en el muro de contención, tal y como se refleja en el informe de la citada inspección presentado al Ejecutivo Regional.
Los resultados de la citada inspección revelan que las labores llevadas a cabo para la «restauración» del muro de contención no se ciñeron a las normas de ingeniería establecidas para la construcción y adecuación de esas infraestructuras. Dichas instrucciones, además de vigentes, rigen para esas obras y están contenidas en la normativa COVENIN. Fue subestimado el hecho que no se trata de cualquier terraplén, sea trinchera, carretera o vía de penetración; sino de un muro de tierra compactado, macizo, que cumple funciones de PRESA O DIQUE, y qué por su relevancia e implicaciones en la seguridad del 80% de la población de Delta Amacuro, y una población no menor del sureste del Edo. Monagas, no se permite desatinos, ni negligencias en su rehabilitación pues, por razones obvias, tales faltas podrían acarrear consecuencias catastróficas.
Es conveniente enterarnos, a modo general, sobre el contenido de dichas normas. Entre ellas destacan:
1.- El material a utilizar debe someterse a exámenes de laboratorio, y se destinará para su uso el más idóneo,
2.- Las tubificaciones y demás fallas deben ser corregidas previo a la colocación de material o relleno,
3.- Deben escarificarse las superficies a rellenar, en no menos de 20 centímetros de profundidad, antes de colocar el material nuevo,
4.- El material y las superficies a rellenar deben estar libres de restos vegetales,
5.- La compactación debe ser de 95% o más,
6.- La conformación o remate de la superficie o cresta del dique debe ser ligeramente convexa (bombeo), con una pendiente del 2 al 5%.
Tal normativa es ineludible, y mandato a seguir al pie de la letra; pues basta con el incumplimiento de alguna de sus pautas para que, más temprano que tarde, la obra se afecte, ocurran las pérdidas esperadas, flaquee, y estemos de vuelta a la inseguridad ante las inundaciones.
Ahora bien, dentro de las estrategias para abordar las restauraciones de esas obras, es de sobrada justificación técnica y de crucial importancia, priorizar la atención de sus tramos según la gravedad de sus pérdidas, y los riesgos implícitos en los sectores involucrados. En nuestro caso uno de dichos sectores es el comprendido entre la comunidad de El Palomino y el Vertedero, pasando por Las Malvinas y la Zona Educativa, tramo de 18 Km; que está casi «encima» de Tucupita y de las comunidades citadas y que, según consideraciones técnicas, requiere atención con urgencia. Vale recordar que en mayo del 2022 fueron «maquillados» 7 Km. de dicho tramo, comprendidos entre la Zona Educativa y El Vertedero. Desafortunadamente ese sector, de atención prioritaria según apreciaciones técnicas, no fue incluido en la reciente restauración.
Consideración similar merecen los tres cortes, o aberturas, existentes en el tramo «Los Güires»; por donde fluye agua, desde fecha anterior a la rotura en «Los Corronchos», en proporciones tales que mantienen casi perennemente inundada el área nororiental de la isla Tucupita; mortificando a los pobladores allí asentados, y arruinando su economía agropecuaria. Por tales razones es una falla por atender de tanta importancia como el caso «Los Corronchos».
En relación a la rotura en «Los Corronchos», el «tapón» colocado en la mencionada falla supera considerablemente las exigencias para su correcta solución, verbigracia: la cresta del dique en el sitio fue sobredimensionada a 14 m, en lugar de 5 m (Informe Técnico 27-04-2023, Tramo Los Güires – Los Corronchos), como fue diseñada hace 60 años; lo que acarrea uso innecesario de material que es de utilidad en sectores prioritarios. Según cálculos técnicos el material requerido para resolver adecuadamente dicha rotura debió haber sido 4.000 m3, en lugar de 30.000, como fué informado por el Ejecutivo Regional (Tane tanae, mayo 2023).
Bien es cierto que la considerable disminución del Sistema de Protección de Inundaciones, mengua que se ha venido sumando año trás año, coincide con el incremento exponencial de las catástrofes naturales a raíz del Cambio Climático, razón por la cual, en nuestro caso, LA AMENAZA SE ACRECIENTA Y LA VULNERABILIDAD SE ACENTÚA… Por tales razones, y con el ánimo de atender el exhorto del Ejecutivo Regional –repetimos–, para que entre todos cuidemos el Sistema de Protección de Inundaciones, y con el sano propósito de que la «reahabilitación» del muro de contención se realice cabalmente y cumpla con su fin; con ese espíritu e intención preventiva se realizó una INSPECCIÓN TÉCNICA, y con las mismas se le hizo llegar al Ejecutivo Regional EL INFORME RESPECTIVO, que incluye además resultados de laboratorio. Vale destacar, y a su vez dejar constancia, que MIENTRAS SE REALIZABA LA INSPECCIÓN ERA POSIBLE MEJORAR LA CALIDAD DE LAS OBRAS, ANTES DE QUE CULMINARAN LOS TRABAJOS.
Ahora bien el Estado Venezolano es garante de nuestra seguridad, por tanto es el primero que ha debido velar con esmero para que los trabajos de restauración que se adelantaban en la Presa que nos protege de las inundaciones, se hayan realizado en concordancia, y apego estricto a las normas de ingeniería para esas infraestructuras,… y no lo que tenemos ahora, una «restauración» con tan acentuadas carencias que se derrumba por sí sola –tal y como se observa en las imágenes de los tres frentes de trabajo–, y promete regresarnos pronto a la precariedad de la obra; además del consabido despilfarro de recursos.
Es inaudito que, a raíz de la desconfianza sobre la pertinencia y la calidad de las obras adelantadas en el transcurrir del tiempo –con las debidas excepciones– en el Sistema que resguarda la vida y bienes de más de 200.000 personas (Delta Amacuro y Monagas), haya sido necesario llevar a cabo una labor de《contraloría social》en la restauración que se adelantaba en la obra; y lo peor, sus resultados nos confirman que tal creencia no es infundada. Al dique, o muro de contención, en el tiempo y en toda su extensión le han desdibujado su apariencia o «fisonomía». Está, de modo considerable, fuera de su diseño original; más parecido a una carretera de tierra doble vía, que a una Presa; alejado enormemente de sus dimensiones; ausente de calidad a todo lo largo y ancho, y dista mucho de parecerse a la obra puesta en servicio hace 57 años (1966). De seguir, así las cosas, el futuro de más de 200.000 personas al «amparo» de esa obra está seriamente comprometido.
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