8 años después, el exfiscal ambiental del estado Delta Amacuro, Luis Alberto Ospino, fue absuelto.
La que fuera la más pomposa y estridente de las detenciones que se produjeran en la tierra del agua, tomando la sede del Ministerio Publico en la capital deltana, Tucupita, por espacio de un día, para luego conducir a los tres detenidos fuertemente custodiados al aeropuerto llevándolos en vuelo expreso a la ciudad capital, de donde les tomaría largo tiempo regresar, culminó satisfactoriamente para la parte que contendía con el estado venezolano.
Antes, Ospino debió atravesar por más de 1 año de reclusión en la sede central del SEBIN, en la Gran Caracas, ubicada en la edificación Helicoide, siendo más víctima de los comentarios en su lar natal, que de los señalamientos de la justicia.
Procurando resarcir los daños a su pulverizada imagen, hizo carrera política intentando obtener en votación popular el favor del pueblo. A pesar de no ser electo diputado en representación de AD, le sirvió para explicar que estaba exento de aquello que se le imputaba.
Dedicado al comercio, se mantiene en la reserva activa de la organización partidista, abocado a su familia y aliviado del peso que acaba de quitarse.
La decisión emanada del Juzgado Primero del área metropolitana de Caracas expresa: “…en la continuación del juicio oral y público, se decreta Sentencia Absolutoria a favor del mencionado ciudadano”.
Ospino es libre.
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